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Ser agradecidos

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores, y una feliz Pascua de Resurrección.

Hay algo que engrándese mucho al humano y es el ser agradecido. Claro que no siempre lo somos, por lo menos y pongo el burro por delante para que no se espante, yo en infinidad de ocasiones no lo soy, y paso por alto las cosas y hasta me creo que todo lo que tengo me lo merezco sin darme cuenta que no es así, pero bueno, es que esa es la naturaleza de nuestra humanidad.

Una pregunta que todos sin excepción alguna de riqueza o pobreza, raza, sexo o color de la piel debemos hacernos cada día es: “Soy yo verdaderamente agradecido”, si la respuesta es no, como lo es en mi caso, debo de preguntarme el porqué.

Es muy cierto que algunas de las cosas que tenemos nos las merecemos, por ejemplo si tengo un empleo bien pagado, es porque me queme las pestañas estudiando para hacerme un profesional. Si soy dueño de una vivienda, es porque trabaje duramente para poderla obtener. Si soy propietario de un automóvil, es porque a base de sacrificio y de guardar un poco de dinero puede comprarlo. También hay muchas cosas que nosotros mismos debido a las habilidades manuales que nos ha dado Dios las podemos fabricar, y por ende somos merecedores de las mismas pues las hemos hecho con nuestras manos, nuestro tiempo y esfuerzo.

Ahora bien, de muchísimas otras cosas no somos merecedores sino que las recibimos por obra y gracia de Dios, y por ende debemos ser agradecidos. Por ejemplo pudiéramos nosotros por mucho que nos esforzáramos fabricar el aire que gratis nos regala Dios para poder vivir y respirar el mismo, pudiéramos hacer los rayos de sol que nos calientan, la lluvia que cae sobre los árboles, las plantas y la hierba y los hacen crecer, la vida que es un regalo de Dios, la salud la cual no podemos comprar ni con todo el dinero del mundo, y así pudiera mencionar muchas otras cosas más por las cuales tengo que agradecer a Dios y sin embargo no lo hago,

Aun en las cosas que puedo lograr por mí tesón y esfuerzo, y que soy merecedora o merecedor de ellas por mi esfuerzo tengo que dar gracias por las mismas, pues tengo la salud, la fuerza, y la inteligencia que solo viene de Dios para hacerlo, ese es el motivo por el cual trato aunque tengo que ser sincero no cada día lo hago de al despertarme, respirar profundamente y expresar mi amor y gratitud a Dios por el nuevo día, y por las muchas oportunidades que me aguardan.

Recordemos siempre que la gratitud y la alabanza abren el camino hacia un mayor gozo y a experiencias de vida mucho más ricas.

Termino con esta lectura bíblica tomada de la Carta San Pablo a los Romanos, Capitulo 5, Versículo 2 que dice así: “Gracias a él, alcanzamos este favor en el que permanecemos, y aun estamos orgullosos de esperar nuestra parte en la gloria de Dios”.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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