Madrid.- Desde los tiempos de las groupies, los playboys y los clubes nocturnos, el narcisismo ha recorrido en las últimas décadas un largo camino para llegar hasta su gran templo del siglo XXI: las redes sociales, «el lugar en el que todos somos narcisos».
El periodista Luis de León Barga ha reconstruido este proceso en «Narcisistas contemporáneos. Groupies, playboys y nocturnidades» (Fórcola Ediciones), un ensayo en el que dandis clásicos, estrellas del rock y celebridades de la crónica rosa dejan constancia de los cambios sociales que convirtieron el narcisismo en «una tendencia dominante» en nuestros días.
«Las redes sociales han democratizado el narcisismo», explica a Efe el autor, que defiende en su libro las virtudes de aplicaciones, como Instagram, que «nos invitan a sacar nuestras potencialidades», aunque advierte del peligro de poner el número de «likes» «por encima de todo».
«La contabilidad siempre ha sido una de las características del narcisismo contemporáneo», explica este ensayo, que empieza su relato con las groupies, aquellas jóvenes que en los años sesenta buscaban «sumar el nombre de una estrella del rock a su ranking de conquistas amatorias», según la definición de Keith Richards, guitarrista de los Rolling Stones.
«Aquel era un contexto muy machista», recuerda Luis de León, periodista con una larga trayectoria profesional en la Agencia Efe y autor de la novela «Los durmientes» (2016).
Su ensayo, presentado estos días en la Feria del Libro de Madrid, refleja «el cambio de tendencia» que permitió a las mujeres empezar a tener protagonismo en el rock, con bandas como Blondie, capitaneada por Debbie Harry, en plena explosión del punk a finales de los setenta.
«Y luego ya son ellas las que empiezan a tener groupies masculinos», añade Luis de León, que cita el caso de Chrissie Hynde, la líder de los Pretenders.
Algo similar sucede con los playboys, otro grupo de narcisos objeto de este estudio que empieza recordando las andanzas del dominicano Porfirio Rubirosa y acaba proclamando a Lady Gaga como modelo de seducción: «En el siglo XXI el playboy es una mujer».
«Narcisistas contemporáneos» aborda también la evolución de los clubes nocturnos y las discotecas como espacios de representación de los narcisos y grandes escaparates de sus actividades.
El «Studio 54» de Nueva York o el «Bocaccio» de Barcelona dieron paso al «Berghain» de Berlín, «el espacio sagrado del nuevo narciso», un lugar en el que sus largas colas y su estricta política de acceso hacen que franquear su entrada «se considere ya un triunfo» del que alardear.
Pero en realidad son las redes sociales los grandes templos del siglo XXI, un tiempo en el que «el espejo del narciso se ha expandido a millones de pantallas de los teléfonos móviles», resalta Luis de León. Es «la edad de oro del narcisismo».
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