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27 Abril 2024

Simuló su muerte con sangre de una compañera: el desgarrador relato de una sobreviviente de la masacre de Texas

Tras abrir fuego en el aula de Miah, Ramos ingresó a otra contigua. La niña declaró que oyó gritos, muchos más disparos, y también música.

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REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Una niña de 11 años utilizó la sangre de una compañera para hacerse pasar por muerta y despitar a Salvador Ramos, el vérdugo de 19 niños y dos maestras de la escuela primaria de Uvalde, Texas.

Miah Cerrillo sobrevivió y hoy cuenta los detalles de los momentos previos al tiroteo.

Cerrillo contó que la clase estaba viendo la película “Lilo & Stitch” cuando sus profesoras Eva Mireles e Irma García recibieron un correo electrónico en el que se les notificaba que había un tirador en la escuela.

“Miah dice que todo sucedió muy rápido. Hizo retroceder a la profesora hasta el aula. Hizo contacto visual con la maestra, de nuevo, la miró directamente a los ojos y le dijo ‘buenas noches’ y luego le disparó y la mató”.

En ese momento, el tirador comenzó a disparar y una de las balas alcanzó a la otra profesora y a distintos estudiantes.

Miah también fue alcanzada por fragmentos de las balas, que son visibles en su espalda, en sus hombros y en la parte posterior de su cabeza.

Los detalles fueron contados por la niña a la periodista Nora Neus, de CNN. Había solicitado antes dialogar solamente con una mujer y evitar hacerlo antes cámaras de TV. La periodista reveló la información que obtuvo de la charla que sostuvo con pequeña. 

Tras abrir fuego en el aula de Miah, Ramos ingresó a otra contigua. La niña declaró a la periodista que oyó gritos, muchos más disparos, y también música.

«Ella cree que fue el tirador quien la puso. Empezó a poner música triste. Ella dijo que sonaba como música de «quiero que la gente muera», dijo Neus.

Por miedo a que el tirador volviera a su aula, Miah tomó sangre de una amiga que yacía a su lado y se la puso sobre ella para hacerse pasar por muerta.

Ella y una amiga también consiguieron tomar el teléfono de su profesora muerta y llamar al 911 para pedir ayuda. “Por favor, envíe ayuda porque estamos en problemas”, le dijo al operador, según la periodista.

Para Miah, la traumática experiencia se sintió como tres horas, aunque no habría durado más de una. Luego escuchó que la policía estaba esperando fuera de la escuela. Al relatar esto durante la entrevista, comenzó a llorar, diciendo que no entendía por qué no entraban a salvarlos.

Según CNN, Miah lucha para superar el trauma y sus padres han iniciado una campaña para conseguir dinero y pagar su terapia.

Fuente: Infobae

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