Con sobrada razón el Ministro de Industria, Comercio y Mypimes acaba de plantear por nueva vez la necesidad de trabajar por la sostenibilidad de las empresas dentro de la formalidad, en referencia al caso de las que figuran como micro, pequeñas y medianas.
Muchas de estas empresas operan como informales debido a las trabas que encuentran para poder regularizarse ante la imposibilidad de superar las barreras que lo obstaculizan, y de ajustarse a las normas de aplicación general que rebasan sus posibilidades de cumplimiento, sin poner en riesgo su existencia.
Consciente de esa realidad, el ministro Nelson Toca Simó plantea que la formalización de las empresas de ese nivel no puede viabilizarse a base de imposición y obligatoriedad, sino de ir eliminando los escollos que le permitan operar en el marco de la formalidad, sin poner en riesgo su estabilidad. Lograr ese objetivo es, a criterio del funcionario, uno de los principales retos que enfrentan las autoridades involucradas a las que corresponde allanar el camino que lo haga posible.
Hablando en la apertura del seminario regional sobre Experiencias en la Formalización de las Mypimes en América Latina y el Caribe, Toca Simó resaltó la estrategia que se ha diseñado y se ha comenzado a ejecutar en el país con esa finalidad. Esta comprende la simplificación del proceso de constitución de empresas, brindar asesoría especializada a las compañías que operan en la informalidad y la implementación de regímenes especiales para las Mypimes, tanto en materia de tributación como de seguridad social.
Cae precisamente dentro del ámbito de esta estrategia, el justificado reclamo de varias asociaciones empresariales para que previo a las discusiones sobre el reajuste de los salarios, el Ministerio de Trabajo de cumplimiento a la ley 187-17 que dispone la reclasificación de las empresas.
La solicitud va acompañada del antecedente de que hace ya más de un año, el Ministerio de Industria, Comercio y Mypimes, precisamente bajo la rectoría de Toca Simó dirigió una comunicación a su homólogo de Trabajo, urgiéndole a cumplir con la reclasificación. El tema es de suma importancia e imprescindible para la exitosa ejecución del plan de formalización.
Es a todas luces un absurdo pretender que micro, pequeñas y hasta medianas empresas puedan ser medidas con el mismo rasero a la hora de reajustar los salarios. No está ni remotamente en capacidad financiera un pequeño negocio para afrontar el nivel de reajuste salarial que un gigante de la industria o del comercio. Ni, por consiguiente, los costos sociales que trae aparejados y que se estiman en un 56 por ciento adicional a los sueldos.
Gran parte de la actividad económica del país fluye a través de las Mypimes y las pequeñas y medianas empresas. Son también, en conjunto, las que generan mayor cantidad de empleos. Pero igualmente las que suman mayor cantidad de quiebras y cierre de negocios, precisamente por las condiciones financieras tan precarias en que se desenvuelven.
Su sostenibilidad corre en razón directa y en la misma medida en que se les allane el camino para su estabilidad y desarrollo. Y dentro de ese esquema de facilidades que requieren y plantea con sobrada razón el Ministro Toca Simó, la reclasificación previo a la discusión del reajuste salarial juega un papel de primera importancia que no debe seguirse dilatando.