Miami.- La compañía privada SpaceX lanzó este lunes desde Cabo Cañaveral, en Florida (EE.UU.), un cohete Falcon 9 para llevar una nueva flota de satélites de comunicaciones Starlink de segunda generación al espacio, que proporcionarán «velocidades aún más rápidas a más usuarios», anunció la empresa.
SpaceX lanzó el cohete reutilizable Falcon 9 con 21 satélites Starlink de segunda generación a la órbita terrestre baja, sin que se registraran mayores contratiempos, desde el Complejo de Lanzamiento Espacial 40 (SLC-40) en la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida.
El lanzamiento se efectuó, como estaba previsto, a las 18.13 hora local (23.13 GMT).
Después de la separación, la primera etapa del cohete Falcon 9 regresó a la Tierra pasados los 8 minutos del despegue y aterrizó en la plataforma no tripulada «A Shortfall of Gravitas», estacionada en el Océano Atlántico.
Desde que obtuvo la licencia original para operar la red Starlink de primera generación, SpaceX ha lanzado casi 4.000 satélites y proporciona internet de alta velocidad a más de un millón de lugares en todo el mundo, la mayoría de los cuales son hogares, según la compañía fundada por el magnate Elon Musk.
«SpaceX se ha apresurado a mantenerse al día con la creciente demanda de conectividad en los Estados Unidos y en todo el mundo, especialmente en áreas donde antes existían pocas opciones, si es que había alguna, para conexiones de banda ancha», reza un comunicado la compañía.
«Con la reciente autorización de nuestra red de segunda generación, o ‘Gen 2’, SpaceX proporcionará velocidades aún más rápidas a más usuarios», añade.
Esta nueva autorización permite a SpaceX lanzar naves espaciales adicionales muy mejoradas con un rendimiento por satélite significativamente mayor que los sistemas de primera generación.
«Para el consumidor final, esto significa más ancho de banda y mayor confiabilidad», asegura la compañía aeroespacial.
Según el medio Space.com, SpaceX tiene permiso para lanzar 12.000 satélites pero ha solicitado la aprobación de un regulador internacional para lanzar hasta 30.000 más.
La compañía explica que mientras la mayoría de los servicios de internet por satélite provienen de satélites que orbitan a unos 35.000 kilómetros, el enjambre de Starlink está mucho más cerca de la Tierra, a unos 550 kilómetros, lo que le permite reducir el tiempo que lleva a los datos ir de ida y vuelta entre el usuario y el satélite.
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