MEXICO.– Activistas mexicanos del Colectivo Solecito anunciaron este miércoles el hallazgo de 65 cuerpos y al menos 5.000 restos humanos en una fosa clandestina ubicada en una laguna del puerto pesquero de Alvarado, en el oriental estado de Veracruz, tras un trabajo intermitente de dos años.
Desde comienzos de 2020 y a lo largo de 2021, en este cementerio clandestino en la zona conocida como El Arbolillo, brigadas conformadas por familiares de desaparecidos y autoridades del Gobierno estatal y federal han ido desenterrando a víctimas de la guerra entre cárteles de la droga y el Estado mexicano.
Los activistas de Solecito, una de las organizaciones más importantes de búsqueda de personas desaparecidas en México, alertaron que si continúa la búsqueda de restos humanos en este cementerio clandestino se convertirá en un nuevo capítulo del horror en Veracruz.
Esta entidad ocupa el primer lugar nacional por número de fosas clandestinas halladas, y en los últimos 20 años ha estado sumido en una espiral de violencia relacionada con la disputa entre carteles de la droga.
La fundadora de la organización, Ángeles Díaz Gaona, recordó a medios que en Veracruz lograron ubicar Colinas de Santa Fe cerca del puerto homónimo.
Esta es considerada la fosa clandestina más grande de Latinoamérica con 300 cuerpos desenterrados y más de 22.000 restos humanos.
DOS AÑOS DE LABORES
Sin embargo, muy a su pesar, vislumbra que la fosa de El Arbolillo podría ser más grande.
“Hasta ahora no ha sido así, pero si continuamos (con la búsqueda) es posible que sí sea mayor”, afirma a Efe la activista.
La fosa de El Arbolillo fue descubierta en 2017. Sin embargo, el entonces fiscal general del Estado de Veracruz, Jorge Winckler Ortiz (hoy prófugo de la justicia por diversos delitos), realizó trabajos de búsqueda por solo dos meses y cerró los trabajos en 2018.
Por presión de organizaciones no gubernamentales, la zona fue reabierta para nuevas búsquedas por el Gobierno de Cuitláhuac García y la actual fiscal general del Estado, Veronica Hernández.
“En Arbolillo tenemos trabajando desde finales de febrero a la fecha; el año pasado por la pandemia solo fueron cinco semanas», recordó Díaz Gaona.
Además de los 65 cuerpos completos y 5.000 huesos ubicados en la zona -de víctimas que se estima fueron asesinadas entre 2011 y 2012 y arrojadas en la fosa- los colectivos han recopilado artículos personales, teléfonos móviles, tarjetas de débito, credenciales e incluso trabajos recepcionales de las víctimas.
“Un cuerpo tiene 206 huesos, entonces para juntar 5.000 debiste haber dejado muchas parte de mucha gente”, describió la activista.
La fiscal estatal, Verónica Hernández, quien reabrió la búsqueda en la fosa, ha realizado constantes recorridos de supervisión para constatar que los trabajos de excavación se logren con apego a los protocolos que marca la Ley.
La funcionaria explicó que garantizando siempre la máxima protección y respeto a los derechos, se ha atendido de manera cercana a las víctimas de estos hechos para garantizarles una pronta justicia.
Los trabajos se efectúan en coordinación con la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención Integral a Víctimas, la Comisión Estatal de Búsqueda y las comisiones, tanto la nacional como la estatal, de derechos humanos de México.
TIERRA DE FOSAS
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Búsqueda de la Secretaría de Gobernación, del primero de diciembre de 2018 al 30 de junio de 2020, Veracruz ocupa el primer lugar en número de fosas clandestinas.
En un reciente informe que recopila datos desde el 1 de diciembre de 2018 hasta el 30 de junio de 2020 se tenían identificados 658 sitios con un total de 1.143 fosas y 1.682 cuerpos exhumados que representan el 25,4 % del total nacional.
De estos, se habían identificado 712 cuerpos y se habían entregado 431 cuerpos a sus familiares.
Los estados con mayor número de fosas clandestinas son Veracruz en primer lugar, seguido de Sinaloa, Colima, Guerrero y Sonora.
México suma más de 94.500 personas desaparecidas y sin localizar.
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