REDACCIÓN INTERNACIONAL.– El tabaquismo y la obesidad son los factores que más se relacionan con peores desenlaces y más comorbilidades en personas con enfermedades reumáticas. De ahí la importancia que tiene que este tipo de pacientes lleven una vida saludable.
Las recomendaciones generales para las personas que padecen alguna patología de este ámbito son mantener una dieta sana y equilibrada con base en alimentos de origen vegetal, hacer ejercicio físico adaptado y evitar el tabaco y el alcohol.
“El tabaquismo y la obesidad son los factores que más se relacionan con peores desenlaces y más comorbilidades en personas con enfermedades reumáticas”, según ha puesto de manifiesto la doctora Lucía Silva, reumatóloga del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña.
¿Cuáles son las principales consecuencias?
En el mismo Congreso, celebrado de manera virtual y con la colaboración de la compañía farmacéutica Menarini, se expusieron las principales consecuencias de llevar a cabo malos hábitos, sobre todo si es el consumo frecuente de tabaco y alcohol.
Tal y como afirma la doctora Lucía Silva, la obesidad derivada se asocia a la presencia de dolor y fatiga constantes, así como a una peor función y mayor progresión de las enfermedades reumáticas. Sobre todo para la artritis y la artrosis.
Por otro lado, el tabaco se asocia a una mayor actividad de ciertas enfermedades. Entre ellas, la artritis reumatoide, el lupus o la espondiloartritis. Esto indica que no solamente predispone a una mayor comorbilidad, sino que, además, posee efectos negativos sobre la progresión radiográfica y la incapacidad.
Complicaciones concretas: Tabaco y alcohol
Además de que la obesidad y los problemas derivados del consumo de tabaco y alcohol empeoran la salud general, existen complicaciones concretas asociadas a las enfermedades reumáticas.
La doctora Silva explica que la obesidad se asocia a una progresión más rápida de patologías como la artritis reumatoide y la artritis. También a mayor dolor y fatiga.
Por otro lado, el consumo habitual de tabaco se asocia a un progreso acelerado de enfermedades como el lupus, la espondiloatritis y también la artritis reumatoide.
En este sentido, no sólo predispone a una mayor comorbilidad, sobre todo cardiovascular, sino que también tiene efectos negativos sobre la progresión radiográfica y la incapacidad.
La gota refractaria
Por último, cabe destacar el manejo de la gota refractaria como uno de los más tratados en el Congreso, ya que cuenta con una gran prevalencia en España.
La enfermedad tiene una incidencia del 2,4 % de la población adulta, lo que equivale aproximadamente a 800.000 afectados, según los resultados del estudio EPISER 2016 realizado por la SER.
El doctor Fernando Pérez Ruiz, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Cruces, ha explicado que “la gota refractaria define a un grupo de pacientes en los que no se obtiene el resultado
terapéutico deseable. El manejo de esta situación implica un diagnóstico correcto, una prescripción de medicamentos reductores de uricemia adecuada en dosis y elección para conseguir objetivos terapéuticos de uricemia, con una prevención de los ataques con medicamentos de eficacia probada y en dosis adecuadas durante el tiempo necesario”.
“También hay que tener en cuenta la prescripción a demanda y considerando las comorbilidades del tratamiento de los ataques de gota que aún pudieran presentarse en las fases iniciales del tratamiento, incluso a pesar de una prevención y una corrección de la uricemia adecuada”, añade el facultativo.
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