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Tamaño y poca profundidad maximizan la posibilidad de daños en el terremoto de Birmania

El investigador honorario Roger Musson, del British Geological Survey, también hizo referencia a la posible vulnerabilidad de los edificios y recuerda que el último evento similar fue en 1956, “más o menos fuera de la memoria de las personas vivas”.

Tamaño y poca profundidad maximizan la posibilidad de daños en el terremoto de Birmania

Redacción Ciencia.- El terremoto de Birmania, de magnitud 7,7, podría ser el más grande en la zona en tres cuartos de siglo, y una combinación de tamaño y poca profundidad maximizará las posibilidades de daño, según diversos expertos, que llaman la atención sobre el riesgo de la calidad de las construcciones.

El potente seísmo, que ha causado al menos 200 muertos en Birmania, sucedió a 10 kilómetros de profundidad y el epicentro se situó a unos 17 kilómetros de Mandalay, la segunda ciudad del país, aunque también llegó a sentirse con intensidad en Bangkok a más de 600 kilómetros del epicentro.

Aunque Myanamar es uno de los países más sísmicamente activos del mundo, «este es probablemente el terremoto más grande en el continente de Birmania en tres cuartos de siglo, y una combinación de tamaño y profundidad muy superficiales maximizará las posibilidades de daño”.

Así lo indicó el profesor emérito del University College de Londres Bill McGuire, consultado, junto a otros expertos por el Science Media Centre, una plataforma de recursos científicos para periodistas.

McGuire consideró que “es muy probable que la calidad de las construcciones generalmente no sea lo suficientemente alta” como para sobrevivir a este nivel de sacudidas y el número de víctimas “casi con certeza aumentará significativamente” a medida que se conozca más sobre la magnitud del desastre.

Hasta el momento, «ha habido una réplica considerable y se pueden esperar más. Esto pondrá en peligro el colapso de los edificios debilitados y hará que el trabajo de los rescatistas sea aún más desafiante», en opinión de McGuire, profesor emérito de Peligros Geofísicos y Climáticos.

El investigador honorario Roger Musson, del British Geological Survey, también hizo referencia a la posible vulnerabilidad de los edificios y recuerda que el último evento similar fue en 1956, “más o menos fuera de la memoria de las personas vivas”.

Para Musson, esto significa que “es poco probable que los edificios estén diseñados para resistir fuerzas sísmicas, por lo que son más vulnerables cuando ocurre un terremoto como este, lo que resulta en más daños y mayores víctimas”.

El profesor de Desastres y Salud del University College de Londres Ilan Kelmaan indicó, por su parte, que “el mantra habitual es que ‘los terremotos no matan a las personas; la infraestructura que colapsa lo hace’”.

Los gobiernos “son responsables de las normativas de planificación y los códigos de construcción. Este desastre pone de manifiesto lo que los gobiernos de Birmania/Myanmar no hicieron mucho antes del terremoto, lo que habría salvado vidas durante las sacudidas», según de Kelmaan.

El sismo parece haber ocurrido en la principal falla de Sagaing, que marca el límite entre dos placas tectónicas, y que se extiende de norte a sur cerca de varios grandes centros de población, señaló McGuire.

En este sentido, Musson agregó que la causa última del terremoto es el movimiento hacia el norte de la placa india, que produce un efecto de desgarro a lo largo de fallas verticales con tendencia norte-sur.