En el jubileo de la coronación canónica de la Virgen de la Altagracia han ninguneado al gran líder cívico-religioso, ideólogo de propagar su veneración como madre espiritual de los dominicanos y constructor del templo donde está él enterrado, el arzobispo Dr. Adolfo Alejandro Nouel y Bobadilla, el “tío Fito” de mi abuelo Tuto Báez.
La advocación de Mercedes ayudó a españoles a matar indios; en el contexto de la ocupación gringa no parecía confiable a patriotas. El templo de la Altagracia fue construido con aportes de feligreses, mayormente por la familia Vicini Cabral. En una modesta tumba a la derecha de la nave, con la lápida penosamente cubierta por una alfombra, yace Nouel, quien dirigió las diligencias para la coronación de Tatica.
Me apena que en este centenario el arzobispo y patriota sea olvidado por quienes organizan la conmemoración, ninguno con blasones ni méritos similares a Nouel.