Londres.- Hace apenas tres semanas Taylor Fritz escuchó un crujido en su rodilla. Una fatal caída en Roland Garros le sacaba en silla de ruedas de París, con una posible rotura en el menisco. Nada hacía presagiar que podría llegar a tiempo a Wimbledon, pero tras una operación ‘express’ y una recuperación más rápida aún, el joven estadounidense está ya en tercera ronda del Grand Slam londinense.
Prácticamente un milagro es lo que ha vivido Fritz, que protagonizó una de las imágenes del pasado Roland Garros. En su encuentro de segunda ronda contra Dominik Koepfer, durante el punto de partido contra el alemán, se fue al suelo, escuchó un sonido extraño en su rodilla y ya no pudo recuperarse. No solo había perdido la oportunidad de jugar contra Roger Federer en la Philippe Chatrier con la derrota ante Koepfer, también parecían esfumarse sus opciones de ir a Wimbledon.
«Cuando he vuelto a ver los vídeos, todos mis movimientos parecían normales, pero después de ese «pop» en la rodilla, apenas podía acercarme hasta la red para darle la mano a mi rival. Después de sentarme, no pude ni ponerme en pie. No quería montar un drama saliendo en silla de ruedas, pero no había mucho más que pudiera hacer», dijo en un post en Instagram el americano.
Después de un escáner le detectaron una lesión en el menisco, un problema que requería del paso por el quirófano. Sería rápida la intervención, pero Friz no contaba con estar al 100 % hasta la gira norteamericana de cemento. Sin embargo, cuando se despertó de la operación recibió buenas noticias. No había rotura. El menisco estaba casi intacto. Su imagen en la cama del hospital presagiaba una rápida recuperación, pero no tan rápida como hasta el punto de estar unos días después entrenando en el All England Club.
Ni tan rápida como para ganar en primera ronda a Brandon Nakashima en cuatro sets. Y para ganar en segunda a Steve Johnson, en cinco parciales. «Ha sido increíble», expresó Fritz en rueda de prensa tras batir a Johnson. Esta victoria significa para mí mucho más que el resto de partidos que he jugado, porque literalmente me operaron hace tres semanas».
«Estoy jugando aquí, moviéndome al 100 % y jugando bien contra un tenista muy bueno. Creo que de la manera que jugó hoy habría ganado a mucha de la gente en este torneo. Es increíble ver todo el esfuerzo que he puesto para estar aquí», aseveró.
De momento, su milagro le ha asegurado disputar un partido más en Wimbledon. El más duro, puesto que se enfrentará al alemán Alexander Zverev, con el que ya libró una ardua batalla en estas pistas en 2018. El último duelo entre ambos se lo llevó Fritz, por lo que aún hay esperanza de que el cuento de hadas del tenista que salió hace tres semanas en una silla de ruedas de Roland Garros y ahora cuenta sus partidos como victorias en Wimbledon.