"Teteos" ponen en zozobra a residentes de sectores de Herrera y Capotillo

Santo Domingo.- Como un «desorden mayúsculo» calificaron los teteos residentes en Herrera y Capotillo que dicen no pueden dormir, especialmente los fines de semana, por el ruido que se genera en esas actividades festivas que incluso bloquean las calles impidiendo el libre tránsito por las vías.

Los llamados teteos se han convertido en una práctica habitual en la mayoría de los barrios del Gran Santo Domingo, en detrimento de aquella población que procura descansar en horas de la noche.

Las Palmas de Herrera no escapa a esa realidad, cuyos residentes sostienen que no pueden dormir por el ruido excesivo que se genera en la zona.

“Yo no puedo dormir, yo llego tarde de trabajar y la música es igualita y eso es hasta la siete y ocho de la mañana el teteo”, declaró Nicauri Henríquez, residente Palmas de Herrera.

“Eso es incontrolable, esa bulla llega, mire donde yo estoy y ellos están ahí abajo, y hasta aquí llega esa bulla, y eso es amanecido todo el tiempo”, sostuvo Adelso Rosario, comunitarias Palmas de Herrera.

Cada fin de semana la calle Proyecto de la referida demarcación de Santo Domingo Oeste evidencia el desorden que genera el llamado teteo, sin que las autoridades policiales hayan podido frenarlo.

“La gente pone carro, música alta a deshora de la noche, entonces uno a la edad que uno tiene mayor, uno casi no puede dormir”, señaló Predebinda Feliz, comunitaria Palmas de Herrera.

“Es molestoso para la gente que tiene que levantarse temprano, la gente que trabaja, los que estudian y para los que viven cerca porque hay gente que se ha tenido que mudar”, relató Amada García, residente en Palmas de Herrera.

Situación similar se observa en Capotillo, cuyo residentes externan sus quejas por la cantidad de jóvenes que se concentran para escandalizar la zona.

“Este sector está terrible porque las personas no pueden descansar en paz, hay personas enfermas y con la bulla no los dejan dormir”, enfatizó Mercedes Santana, residente en Capotillo.

“Mi hijo vive ahí cerca y no lo dejan dormir tampoco, y él sufre de la presión y la gente no piensa en los demás”, dijo Minerva Fernández, morador en el Capotillo.

Algunos de los habitantes de esta demarcación de la capital advierten que la situación seguirá provocando tragedias mayores.

“Y nosotros también tenemos mucha culpa, la sociedad porque no tomamos medidas de denunciarlo”, sostuvo Olga Rondón, morador en Capotillo.

Tanto los residentes de Las Palmas de Herrera como de Capotillo aspiran que a partir de ahora las autoridades competentes regulen con mayor efectividad estas fiestas callejeras.