Todavía hay tiempo

Hablábamos ayer sobre la información servida por el Toro, Joseph, Fausto y quien les escribe. Los Rosarios, Torito, Wilfrido, Villalona, Sergio, Eddy, Kinito entre otros, habían acumulados riquezas y eso está de maravillas, si es fruto de su trabajo no de otro.

Todo lo que provenga del sudor de la frente de una persona debe ser respetado y aplaudido, si solamente proviene de este.

Que habrán hecho por las nuevas generaciones, ¿no se acuerdan que de ahí salieron? tal vez tienen alzhéimer. La mayoría tal vez de forma ciega o más bien inconsciente se ha montado un monopolio, no les interesa que suenen los nuevos, que salgan los relevos, que nadie suba. Mejor… eso es lo que les asegura la tocada y la permanencia en los medios.

Cuando nosotros vemos la necesidad a todos los niveles en dominicana, vemos que muchas de estas provienen de sueños rotos, de gente que como ellos que en general nacieron dentro de la necesidad. Este fenómeno nos preocupa cada día más. He sido y aun soy la esperanza para muchos nacidos sin clase, sin educación y sin oportunidades, he hecho lo que se me ha pedido en la sociedad y muchas veces he recibido de estos millonarios insultos, difamaciones y todo tipo de cosas solamente por decidirme a optar para descubrir, producir y promover con mis medios según el llamado del deber.

En un país en donde el ejemplo a seguir es el clientelismo, la compra de conciencias, la búsqueda de dinero de cualquier forma fácil, donde la verdad no merece ser escuchada entiendo que mi posición merece ser aplastada, pero lo mejor del caso es que yo sigo Pa ‘lante. Con la riqueza de los millones de reconocimientos en los barrios y de los intentos de artistas que quieren cambiar el futuro.

Cuando el tiempo pasa me pregunto cómo se preguntan muchos, si esos dineros caben en las cajas que los llevan al último destino. ¿O serán motivo de discordia familiar, el reparto del mismo? Que ironías tiene la vida. Te pasan 30, 40 o más años trabajando para terminar como el cuento de la esposa infiel que lloro al esposo en el velatorio y se levantó otro hombre en el entierro.

No sé qué huellas serán las que dejaran al despedirse de esta vida.  Los lambones, los falsos amigos, el dinero de drogas, o los que trabajaron con pulcritud y honradez.

Solo quiero decir que la vida no es para siempre y el peor miedo que puede tener una persona no debe ser a la muerte, sino más bien a ser olvidado y desterrado de las mentes de las nuevas generaciones por  simplemente no dejar ninguna semilla esparcida en la tierra.

Quien tenga ciencia para entender que lo entienda.

Aun no es tarde amigos millonarios, aun no es tarde…