REDACCIÓN.- Un antiguo lago de California, que había desaparecido en el siglo XVII y cuya tierra se destinó a la agricultura, ha regresado con fuerza después de un siglo. El lago Tulare, ubicado en el Valle de San Joaquín, ha inundado más de 94,000 acres de tierras agrícolas, impulsado por las intensas tormentas invernales de 2023 y el deshielo de la Sierra Nevada.
En su apogeo, el lago Tulare era el cuerpo de agua dulce más grande al oeste del río Misisipi, extendiéndose más de 100 millas de largo y 30 millas de ancho. Fue una fuente vital para la comunidad indígena Tachi Yokut, quienes lo llamaban Pa’ashi, y un ecosistema próspero para aves y otras especies.
Sin embargo, en el siglo XIX, la tierra fue drenada deliberadamente en un proceso llamado «reclamación». Esto permitió que colonos blancos obtuvieran propiedad de las tierras agrícolas, expulsando a los Tachi Yokut y destruyendo el ecosistema. En la década de 1850, el lago se había secado completamente, transformándose en fértiles campos de cultivo.
El lago comenzó a reaparecer en 2023, cuando las tormentas récord y el deshielo inundaron los canales y depósitos artificiales diseñados para mantener la tierra seca. Hoy, el agua ha inundado hectáreas de tierras privadas, transformando nuevamente el paisaje.
Este renacimiento ha traído consigo tanto beneficios como desafíos. Mientras patos, ranas y otras especies regresan al área, la inundación también ha generado preocupaciones ambientales, ya que el agua ha sumergido depósitos de fertilizantes, estiércol y cables eléctricos, amenazando la calidad del agua y el ecosistema en recuperación.
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