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Tribunal considera que Bélgica podría ser culpable de una masacre en Ruanda

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Palacio de Justicia de Bruselas.

Bruselas.- Un tribunal belga ha considerado en un auto que Bélgica es responsable de la retirada de cerca de cien cascos azules que permitió que se produjera en 1994 la matanza de más de 2,000 civiles ruandeses que se encontraban refugiados en una escuela de Kigali, según recogen este viernes los medios belgas.

En el auto, el tribunal de primera instancia afirma que la decisión de evacuar a 92 soldados belgas de la Escuela Técnica Oficial (ETO) Don Bosco fue tomada bajo el mandato de las autoridades de Bélgica y no de la MINUAR, la misión de paz de Naciones Unidas en Ruanda, informó hoy la emisora pública RTBF.

La corte respalda así en primera instancia la denuncia interpuesta por varios supervivientes del genocidio ruandés contra el Estado belga y tres oficiales de su ejército, aunque éste es sólo un primer paso en el proceso judicial y no supone un fallo definitivo.

A comienzos de abril de 1994, más de 2,000 ruandeses estaban refugiados en la mencionada ETO Don Bosco bajo la protección de 92 cascos azules belgas, que fueron evacuados el 7 de ese mes a raíz del asesinato de 10 cascos azules en Kigali.

Tres días después, las milicias Interahamwe y el ejército regular ruandés -formado por hutus- tomaron la ETO y asesinaron a los refugiados.

Los supervivientes de la masacre y los familiares de las víctimas interpusieron una demanda en 2008 contra el Estado belga y los oficiales Luc Marchal, Joseph Dewez y Luc Lemaire por haber tomado esta decisión que, según los demandantes, permitió a los genocidas actuar sin ningún impedimento.

Por su parte, el Ministerio de Defensa de Bélgica alegó que los cascos azules belgas se encontraban bajo órdenes de la ONU cuando fueron evacuados, un argumento rechazado por el tribunal, según recoge la agencia Belga.

El juez estimó que el Estado belga y los citados oficiales conocían los asesinatos que se estaban cometiendo en Ruanda antes de la evacuación de la ETO y que podían suponer los crímenes que podrían cometerse contra los refugiados de la escuela una vez que los soldados no les ofrecieran su protección.

El magistrado reconoció la vinculación causa efecto entre el abandono de los ruandeses por parte de los belgas y la masacre que posteriormente tuvo lugar.

El hecho de que los militares belgas sólo siguieran órdenes o que los militares buscaran medios alternativos de proteger a los refugiados tras su marcha, no descarga a los soldados de su responsabilidad, según el juez.

El tribunal consideró que las acusaciones contra los tres oficiales pueden admitirse a trámite y dejó abierta la posibilidad de declarar culpable al Estado belga por las faltas que habrían cometido sus oficiales, ya que la demanda dirigida directamente contra Bélgica se consideraría prescrita.

«El Estado belga ya no puede refugiarse más detrás de las Naciones Unidas para justificar el abandono de los refugiados de la ETO» señaló un representante de los supervivientes, Luc Walleyn, quien expresó su satisfacción porque el Tribunal haya decidido continuar con la causa, según informa la agencia Belga.

El proceso continuará el próximo 14 de febrero, con la proyección del film «Shooting Dogs» sobre el drama que se vivió en la ETO, y posteriormente se retomará el 12 octubre 2011.

Entre abril y julio de 1994, al menos 800.000 tutsis y hutus moderados fueron masacrados en Ruanda con machetes y armas de fuego por milicias extremistas hutu, el Ejército y la población civil.

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