Washington– En un encendido discurso ante una multitud en la convención anual de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés), el expresidente y presumible candidato republicano en las elecciones de noviembre Donald Trump (2017-2021) afirmó que el derecho a portar armas de fuego está en peligro y pidió a sus seguidores que acudan a las urnas en noviembre para protegerlo.
El líder republicano aseguró que la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, que protege la tenencia de armas, está en juego en los comicios y se presentó como el único candidato capaz de preservarla.
«La supervivencia de nuestra Segunda Enmienda está sin duda en juego en las elecciones. Quieren destruir a nuestro país. La Segunda Enmienda está bajo asedio, pero conmigo no lo van a conseguir. Necesitamos esa Segunda Enmienda, para nuestra seguridad, para cazar y para todas esas cosas. Porque los malos no van a dejar las armas”, manifestó.
Trump usó el discurso para entusiasmar a algunos de sus seguidores más fieles, a los que pidió que no se queden en casa y acudan a las urnas en noviembre.
«Tenemos que conseguir que voten aquellos que tienen armas. No sé por qué, pero por alguna razón no suelen votar. Quizás sea alguna forma de rebelión porque son gente rebelde. Pero, seamos rebeldes y votemos esta vez», les pidió Trump, quien será proclamado oficialmente como candidato del Partido Republicano en la convención de esa fuerza política en julio.
Durante su intervención, Trump arremetió con dureza contra el presidente estadounidense, el demócrata Joe Biden, con quien volverá a medirse en noviembre, así como contra Robert F. Kennedy Jr., candidato independiente que podría restarle votos a ambos.
La NRA, uno de los grupos de presión más poderosos del país, ha respaldado la candidatura de Trump, a quien ya ayudó con 30 millones de dólares durante los comicios de 2016.
El lobby armamentístico ha alabado muchas de las medidas que impulsó Trump durante su Presidencia, como el nombramiento de tres jueces conservadores para el Tribunal Supremo o la designación de las tiendas de armas como negocios esenciales durante la pandemia.
En contraste, Biden consiguió en 2022 aprobar en el Congreso con el apoyo de demócratas y republicanos la ley de control de armas más importante de las últimas tres décadas y ha prometido que intentará prohibir los rifles de asalto si su partido logra una victoria en los comicios.
Antes de que Trump pronunciara su discurso, la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, quien abandera los esfuerzos del Gobierno para acabar con la violencia armada, emitió un duro comunicado en su contra.
Harris recordó unas declaraciones que hizo Trump este año tras un tiroteo en una escuela de Iowa. Entonces, el expresidente dijo que se trataba de un incidente «muy terrible», pero luego aseguró que había que «superar» los tiroteos y «mirar hacia delante».
«Biden y yo nos hemos sentado con familias que guardan luto, y la idea de decirles que ‘lo superen’ es inaceptable. Joe Biden y yo estamos trabajando juntos para encontrar soluciones de sentido común a esta epidemia nacional, porque creemos que los estadounidenses tienen derecho a vivir libres del horror de la violencia armada», dijo Harris, según recoge la campaña en un comunicado.
Mientras tanto, las encuestas muestran que la mayoría de la población estadounidense respalda un mayor control de las armas de fuego.
De hecho, según una encuesta de Gallup de octubre de 2023, solo el 12 % de los estadounidenses cree que las leyes sobre armas deberían ser más laxas, mientras que el 56 % opina que deberían ser más estrictas y el 31 % afirma que deberían mantenerse como están por ahora.
La convención de la NRA se produce poco después de que su director ejecutivo durante tres décadas, Wayne LaPierre, dimitiera en enero, un mes antes de que un jurado le declarara culpable en un caso de corrupción relacionado con el uso indebido de fondos de la organización.