Donald Trump afirmó que, como presidente de Estados Unidos, no requiere autorización del Congreso para ordenar bombardeos contra intereses del narcotráfico ubicados en territorio venezolano.
El presidente Donald Trump reiteró que no necesita el permiso del Congreso
EE.UU.– El presidente de EE.UU., Donald Trump, insistió este jueves en que no necesita autorización del Congreso para realizar bombardeos sobre intereses del narcotráfico que estén radicados sobre suelo venezolano, aunque a su vez admitió que no le importaría compartir la información de antemano con el legislativo.
"No me importaría contárselo (al Congreso), pero no es para tanto. No tengo por qué decírselo, ya está comprobado", dijo Trump en un acto en la Casa Blanca al ser preguntado por periodistas y después de que en días recientes haya redoblado su presión sobre el Gobierno de Nicolás Maduro y advertido que EE.UU. pronto empezará a realizar ataques sobre "objetivos terrestres" en el país caribeño.
El martes, el presidente estadounidense anunció en redes sociales que Washington bloquearía todos los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela con crudo abordo y acusó al Ejecutivo venezolano de robar yacimientos y activos petrolíferos estadounidenses, haciendo aparente referencia a las expropiaciones ejecutadas durante el Gobierno de Hugo Chávez.
Desde el verano Trump ha ordenado un despliegue militar masivo en el Caribe con el objetivo de detener el tráfico de drogas del que también acusa a Caracas, y a partir de septiembre ha bombardeado de manera sumaria a más de dos docenas de supuestas narcholanchas, provocando la muerte de en torno a un centenar de personas.
Las declaraciones de Trump han reavivado el debate sobre los límites del poder presidencial en materia de política exterior y uso de la fuerza militar.
Diversos expertos en derecho constitucional recuerdan que, aunque el presidente es comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, la Constitución otorga al Congreso la facultad de declarar la guerra, por lo que cualquier acción militar directa y sostenida en territorio venezolano podría enfrentarse a desafíos legales y políticos internos.
En el plano internacional, la posibilidad de bombardeos en Venezuela genera preocupación entre gobiernos de la región y organismos multilaterales, que temen una escalada del conflicto y un aumento de la inestabilidad en el Caribe.
Analistas advierten que una acción militar sin consenso interno ni respaldo internacional podría agravar las tensiones diplomáticas y tener consecuencias imprevisibles tanto para Venezuela como para Estados Unidos y sus aliados.