Washington.- La campaña de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, publicó este lunes un reporte en el que asegura que más de 4 millones de latinos se quedarán sin seguro médico si el expresidente Donald Trump regresa a la Casa Blanca.
El reporte, adelantado a EFE, analiza el impacto que tendrían las propuestas de Trump en la salud de los latinos. Aunque el expresidente no ha detallado un plan concreto, durante su mandato intentó en repetidas ocasiones derogar la reforma sanitaria del expresidente Barack Obama, que amplió significativamente el acceso a la atención médica.
Según el documento, si Trump regresa a la Casa Blanca, las aseguradoras podrían incrementar sus precios e incluso denegar cobertura a pacientes con enfermedades preexistentes, como ocurría antes de la reforma de Obama. Esto supondría que el 20 % de los latinos perderían su cobertura.
Además, los precios de los medicamentos aumentarían debido a que Trump ha propuesto aranceles del 20 % a todos los productos importados, incluidos los fármacos. Esta medida podría afectar de manera desproporcionada a los hispanos, que ya se ven obligados a racionar sus medicinas por motivos económicos, según el informe.
Una de las medidas estrella aprobadas por el Gobierno de Joe Biden y Harris también podría peligrar: el límite de 35 dólares mensuales para la insulina que pagan los beneficiarios de ‘Medicare‘, un programa sanitario para mayores de 65 años.
Ante la presión de la Administración, algunas farmacéuticas como Sanofi y Eli Lilly han anunciado reducciones en los precios de la insulina y Harris ha prometido que, si es elegida presidenta, hará todo lo posible para que ningún estadounidense tenga que pagar más de 35 dólares mensuales por este medicamento.
La comunidad latina se ve especialmente afectada por la diabetes, con una incidencia notablemente superior a la media nacional, ya que los hispanos tienen un 70 % más de probabilidades de ser diagnosticados con esta enfermedad y 1,3 veces más posibilidades de fallecer a causa de ella, según datos del Departamento de Salud.
Otro asunto clave en materia sanitaria es el derecho al aborto, restringido o prohibido en múltiples estados después de que el Tribunal Supremo acabara en junio de 2022 con el fallo ‘Roe vs. Wade’, que había protegido el acceso al aborto a nivel federal durante medio siglo.
Trump nombró a tres jueces del Tribunal Supremo que conformaron la mayoría conservadora que acabó con este derecho y, durante la campaña, ha dicho que está a favor de mantener las restricciones vigentes en 21 de los 50 estados del país.
Según el grupo no partidista National Partnership for Women & Families, más de 6,7 millones de latinas en edad reproductiva -el 43% de las hispanas entre 15 y 49 años- residen actualmente en estados que han impuesto restricciones al aborto
En el debate contra Harris el 10 de septiembre, Trump afirmó tener solo «conceptos de un plan» sobre cuidados sanitarios y rehusó explicar los detalles, aunque reiteró su intención de «reemplazar» la reforma sanitaria de Obama.
Su compañero de fórmula, el senador de Ohio J.D. Vance, ha tomado la iniciativa en las últimas semanas sobre sanidad y, en un mitin este mes en Carolina del Norte, propuso cambios regulatorios que harían que las personas con enfermedades preexistentes paguen más por su atención médica.
En contraste, Harris ha prometido luchar por un futuro en el que todos los estadounidenses puedan costear la atención médica que necesitan y se ha comprometido a defender la reforma sanitaria de Obama.
Según una encuesta publicada este mes por Pew Research Center, la sanidad es el segundo asunto más importante para los estadounidenses, solo por detrás de la economía.
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