REDACCIÓN INTERNACIONAL.- «Di Türkiye», repite un anuncio en redes sociales para concienciar del cambio de nombre internacional de Turquía, que hasta ahora era en inglés: «Turkey». El nuevo nombre en lengua turca evita confusiones molestas porque «turkey» en inglés también significa «pavo».
La República de Turquía, «Türkei» en alemán, «Turquie» en francés o «Turkey» en inglés, surgió en 1923 del Imperio Otomano. Casi un siglo después, su presidente, Recep Tayyip Erdogan, ha decidido que el nombre internacional de su país sea únicamente su versión en lengua turca: «Türkiye».
Un decreto presidencial del 3 de diciembre de 2021 asegura que Türkiye «representa y expresa la cultura, civilización y valores de la nación turca de la mejor manera».
El Gobierno islamista turco pretende informar en las próximas semanas el cambio de su nombre internacional a Naciones Unidas, para formalizar esta decisión.
Los cambios internacionales de nombres no son poco frecuentes, recientemente Países Bajos dejó de ser Holanda, mientras que Macedonia del Norte abandonó su larguísimo nombre oficial anterior «Antigua República Yugoslava de Macedonia» tras un arreglo en una disputa bizantina con Grecia.
EL PROBLEMA CON LA Ü
Sin embargo, algunos advierten en Turquía de que el cambio puede encontrarse con problemas, ya que la letra «ü» no se encuentra en el alfabeto de muchos idiomas.
Aunque desde Ankara todavía no han discutido este asunto con la ONU, el ejecutivo turco es optimista sobre el asunto, que podría solucionarse usando una simple «u» en lugar de «ü», esto es, «Turkiye» en lugar de «Türkiye».
Al mismo tiempo, Erdogan busca reforzar la marca país en las relaciones internacionales, instituciones y en el comercio.
«MADE IN TÜRKIYE»
Así, los productos turco abandonarán el tradicional ‘Made in Turkey’ para pasar al ‘Made in Türkiye’, que según el propio Erdogan, es una muestra del «orgullo del país en el comercio internacional».
El plan de cambiar el nombre no es nuevo, ya en 2000 la Asamblea de Exportadores de Turquía pidió a sus miembros vender los productos bajo «Türkiye», aunque la solicitud nunca llegó a ponerse en práctica.
Por ahora, los únicos que usan el nuevo nombre de forma continua son la emisora pública TRT en inglés y también los diferentes servicios de la agencia de noticias oficial Anadolu, además de las embajadas y organismos oficiales.
TRT, que representa la postura oficial del Gobierno, destaca que en el propio diccionario de Cambridge sobre la palabra ‘turkey’ se encuentran definiciones como «algo que falla gravemente» o «una persona estúpida o tonta».
Y al buscar ‘Turkey’ en Google, destaca TRT, aparece un conjunto confuso de imágenes, artículos y definiciones que fusionan el país con el pavo que se sirve en las cenas de Acción de Gracias de EE.UU.
EL PAVO COMO TRAUMA
Pero existe otra explicación, más psicológica: el gobierno turco espera poner fin a confusiones y burlas por el nombre inglés de pavo.
«Existe una perturbación psicológica en Turquía o incluso una especie de trauma causado por el significado de ‘pavo’ en inglés», explica Selçuk Candansayar, profesor del Departamento de Psiquiatría del Hospital Universitario Gazi de Ankara.
Según recuerda Candansayar a Efe, los diarios sensacionalistas británicos tuvieron un papel en este trauma en su cobertura deportiva, y específicamente al recordar la mayor goleada sufrida por la selección turca, un 0-8 en casa ante Inglaterra en 1984.
«Los tabloides titularon entonces ‘Stuff the Turkey’ («rellena el pavo», en español), lo que nos ofendió mucho», cuenta el experto al recordar ese uso para burlarse de los turcos.
Cualquier estudiante turco de lengua inglesa está familiarizado con el significado de «turkey» en inglés, y más en un momento en el que esta lengua es cada vez más conocida y usada de forma internacional.
Los chistes, ironías y ataques xenófobos contra Turquía muchas veces están basados en comparaciones con el pavo, una ave de gran tamaño originaria de América.
Candansayar cree también que el gobierno turco quiso usar el tema del nuevo nombre para «propaganda doméstica», dirigida sobre todo a los círculos más nacionalistas.
Sin embargo, con una «inflación galopante» -de casi el 50 % interanual en enero- ha tenido, por ahora, «poco impacto».
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