SANTO DOMINGO OESTE.– Impotentes y entre lágrimas, familiares de un joven que fue ultimado a puñaladas en la cañada de Guajimía, en Santo Domingo Oeste, la madrugada de este martes, piden a las autoridades acabar con la delincuencia.
De acuerdo al testimonio de algunas personas, solo escucharon los gritos de auxilio de la víctima.
Parte del clamor de la familia es que aseguran que no saben cómo continuarán de ahora en adelante con la ausencia de la persona que ellos consideraban era su alegría.
Las lágrimas no han parado desde la madrugada de este martes, cuando esta familia recibió la noticia de que Rewcar Bienvenido Pérez Amador, de 38 años, había sido asesinado.
De acuerdo a los familiares, el joven que era ebanista y en la noche trabajaba como motoconcho, explican que le gustaba pasearse por la Isabel Aguiar en su trabajo.
Una de sus hermanas descartó la hipótesis de robo, ya que el occiso tenía todas sus pertenencias al momento de levantar el cadáver.
Sin embargo, creen que todo se debió a rencillas personales, aseguró la madre, ya que el joven le comentó que lo habían amenazado en varias ocasiones.
Al joven le sobreviven dos hijos menores de edad, los cuales deja en la orfandad y que hoy preguntan por su padre, pero nadie sabe darles respuesta.
El cuerpo de Pérez Amador fue llevado al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) para los fines científicos correspondientes.
En tanto, algunos residentes en la cañada de Guajimía dijeron que la delincuencia se está adueñando y sembrando el terror en la comunidad.
“Él conchando en su motor le dieron, disque muchísimas puñaladas, él no pudo hacer nada, disque cayó y llamando auxilio, auxilio, y lo dejaron desangrarse tirado, según me cuentan me cuentan. Ese muchacho, me dijo él que lo habían amenazado unas cuantas veces, le cayó a machetazos un día… y vino aquí y me dijo: mami, ese muchacho, yo nunca he tenido problemas con él y viene a darme”, manifestó su madres.
“Es un caso muy lamentable, en realidad, porque mi mamá está muy destrozada y no me gusta verla así. No creíamos que iba a suceder eso porque él estaba muy tranquilo, y no sé en realidad, qué decirle… pero estamos buscando a la persona que le hizo eso porque todo se paga en esta tierra”, dijo una familiar.
“Él trabajaba en ebanistería en el día y en la noche conchaba. Muy desbaratados estamos, claro que sí”, expresó una joven familiar del occiso.
“Que él era un ebanista, pintor y a veces se iba conmigo a trabajar. Usted lo podía poner a hacer lo que sea y lo hacía”, indicó un señor.
Mientras las autoridades continúan con las investigaciones, esta familia se mantiene a la espera de la entrega del cadáver.
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