REDACCIÓN.- El día que pensaba celebrar su boda, Mamun enterró a 16 de sus familiares: murieron por la caída de un rayo cuando estaban de camino a la ceremonia.
Vestidos con sus mejores saris y trajes, la familia había subido a un barco para encontrarse con Mamun. Pero de pronto se desató una fuerte tormenta. Cuando la lluvia arreció, la embarcación se detuvo para resguardarse bajo un cobertizo de metal a la orilla del río.
Bangladesh, asolado por un clima extremo y fuertes tormentas, sufre una media de 300 muertes al año por las descargas de rayos, según datos de Naciones Unidas.
Esta cifra contrasta con las menos de 20 que se producen anualmente en Estados Unidos, que tiene casi el doble de población.
El joven de 21 años se estaba alistando para la ceremonia en casa de sus suegros, en la zona de Shibganj, en el noroeste del país, cuando oyó el crujido de un trueno, minutos antes de recibir la desgarradora noticia.
Corrió hacia donde estaba su familia y se encontró con una escena de caos y confusión.
«Algunos abrazaban los cadáveres», recuerda Mamun, «los heridos gritaban de dolor… los niños lloraban. Me sentía perdido. Ni siquiera podía decidir a quién debía mirar primero».
Mamun perdió a su padre, abuelos, primos, tíos y tías. Su madre no estaba en el barco y se salvó de la caída del rayo.
«Cuando encontré el cuerpo de mi padre, me eché a llorar. Estaba tan conmocionado que me descompuse», cuenta Mamun.
Esa misma noche se celebraron los funerales de sus familiares, y el banquete de boda que iban a disfrutar fue repartido entre gente sin hogar.
Mamun se casó tiempo después, pero dice que no celebra su aniversario de boda porque le trae recuerdos dolorosos.
«Después del trágico incidente, ahora me dan mucho miedo la lluvia y los truenos».
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