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27 Abril 2024

Un spray hormonal vuelve a los hombres más cooperativos

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cooperaciónREDACCIÓN INTERNACIONAL.- Científicos del Instituto Tecnológico de California (Caltech), en EEUU, han descubierto que una hormona implicada en la monogamia y la agresión en  animales también promueve la confianza y la cooperación entre seres humanos en situaciones de riesgo.

Los resultados de esta investigación, publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), podrían resultar útiles para ayudar a que los grupos cooperen de manera beneficiosa.

En estudios previos realizados con roedores se había constatado que la hormona social en cuestión -conocida como arginina vasopresina (AVP)- promueve la monogamia y el comportamiento paternal, además de la agresividad entre machos.

«Una parte de la cara oculta de la monogamia es que los machos producen más AVP, lo que hace que se comporten de manera agresiva hacia otros machos, potenciales competidores», explica Colin Camerer, uno de los autores del actual estudio.

Camerer y su equipo lanzaron la hipótesis de que la AVP también podría desempeñar un papel en la vinculación social entre individuos, así como ayudar a explicar las tendencias de cooperación de nuestra propia especie.

«Una de las razones por las cuales los seres humanos gobiernan el mundo en lugar de los simios es que nosotros cooperamos en grupos a gran escala», afirma Camerer. «¿Cómo sucede esto? ¿Es un comportamiento similar al del emparejamiento, pero ampliado? De ser así, ¿qué papel juega en él la AVP?», se preguntaba el investigador.

Todos a una

Para tratar de dar respuesta a estas preguntas, Camerer y sus colaboradores administraron un spray nasal que contenía AVP o un aerosol nasal libre de hormonas (un placebo) a 59 voluntarios de sexo masculino, con edades comprendidas entre los 19 y los 32 años.

Los sujetos, organizados por pares, a continuación jugaron por ordenador a un juego en el que tenían que elegir si cooperar o no con otro jugador en acciones de riesgo.

Su «seguro» en el juego derivaba del hecho de que, si seguían una acción arriesgada, debían tener claro que los demás también lo harían.  Así, cuando cooperaban, ambos jugadores conseguían más puntos de los que obtenían si no cooperaban entre sí. Por otra parte, si un jugador decidía no cooperar, pero su compañero sí, el primero recibía un pago intermedio, mientras que el segundo (cooperativo) no recibía nada.

«El juego está diseñado para imitar situaciones en las que las personas están dispuestas a ayudar, pero sólo si todos los demás también ayudan», explica Camerer. «Piense en lanzar un proyecto en equipo o en un grupo de soldados adentrándose en terreno enemigo. Si una masa crítica coopera, todos sus componentes deben estar de acuerdo. Por lo tanto, lo mejor para cada individuo es ayudar sólo si los demás también lo hacen».

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