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Una empresa modelo

La pasada semana el Central Romana informó haber batido el récord de producción de azúcar refino al totalizar 188 mil 812 toneladas cortas, cantidad más que suficiente para abastecer a plenitud los requerimientos del mercado nacional.

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La pasada semana el Central Romana informó haber batido el récord de producción de azúcar refino al totalizar 188 mil 812 toneladas cortas, cantidad más que suficiente para abastecer a plenitud los requerimientos del mercado nacional.  El ingenio culminó la zafra con más de 3 millones 520 mil toneladas cortas de caña cortada y una elaboración total de 379 mil 724 toneladas cortas de azúcar producida de grado 96.   Un resultado excelente desde el punto de vista económico para el ingenio,  el país en general y la región este, en particular, cuyo bienestar gira en torno a la empresa.

Ahora el Central Romana reporta haber entregado más de novecientos millones de pesos en bonificaciones a su personal.  Una cantidad sin precedentes en el registro histórico de la empresa azucarera.  Pero además, nunca antes en el país se había distribuido una bonificación de esa cuantía.  Otro récord, pero este de carácter humano y alcance social.   De ese monto, 419 millones se repartieron entre el personal de corte y tiro de la caña y demás trabajadores del sector agrícola.  El resto fue a dar a los bolsillos de los obreros y empleados del área industrial y de producción azucarera.

Contando con una experimentada dirección gerencial del más alto nivel,  Romana figura entre los ingenios que produce mayor cantidad de azúcar en el mundo. En más de una ocasión ha ocupado lugar de cabecera  por sobre todos los restantes centrales.  De hecho, sin embargo,  la empresa no es solo una fábrica de azúcar sino todo un vasto complejo industrial relacionado con la elaboración del dulce, desde su laboratorio de investigación continua desarrollando cepas cada vez más productivas y resistentes a las enfermedades hasta talleres de construcción de piezas de repuesto que permiten mantener el ritmo de producción sin alteraciones.

Siempre a la vanguardia en el empleo de la más avanzada tecnología, las innovaciones aplicadas tanto en las labores de campo como en el proceso industrial de convertir la caña en azúcar, posibilitan que se llevan a cabo con cada vez mayor eficiencia.  La adquisición de modernos y costosos precipitadores con una inversión requerida de seis mil 500 millones de pesos ha permitido,  además,  reducir la emisión de partículas de su proceso industrial a la atmósfera a tan solo un diez por ciento, muy  por debajo del rango de tolerancia establecido.  Una contribución significativa  para preservar la calidad del medio ambiente.

Pero en adición a los importantes  aportes que representa como fuente generadora de divisas a través de las exportaciones de azúcar y de la generación de sus más de 25 mil puestos de trabajo permanentes, cantidad que se duplica en tiempos de zafra, que lo convierten en el principal empleador del país, el Central Romana ha sido un motor de desarrollo y diversificación de la economía. Pionero en la creación de las zonas francas, lo sido también en el desarrollo del turismo de alto nivel y de bienes raíces turísticas con Casa de Campo, la construcción de un aeropuerto internacional  y un muelle para cruceros de turismo  así como muchas otras empresas y negocios asociados a sus actividades.

Considerado entre los más afamados destinos de turismo de golf a nivel mundial, son muchas las personalidades de relieve internacional, tanto en el campo político, como deportivo, artístico, empresarial, profesional, científico y de todo orden que lo han escogido como sitio de preferencia para su descanso y recreación; en no pocos casos de residencia permanente.

Pero el Central Romana no es solo un gran emporio económico.  Sus programas de Responsabilidad Social Corporativa marcan pauta.  Entre estos figuran el de suministro de alimentos mediante el cual sus trabajadores obtienen vegetales, víveres y carne subsidiados a precios muy inferiores a los del mercado;  la construcción de viviendas para sus obreros y empleados; los alojamientos gratuitos de trabajadores en casas de la empresa y los planes educativos para los hijos de su personal. Las prácticas deportivas son igualmente estimuladas, mediante torneos inter-bateyes en beisbol, soft-ball, baloncesto y volibol.

Mención especial amerita la asistencia de cobertura total en materia de salud para sus trabajadores y dependientes en su moderno hospital, donde también son atendidos los turistas; los sub-centros médicos instalados en las zonas cañeras y las unidades móviles de asistencia médica.  Cada año, se llevan a cabo operativos especiales de cirugías reconstructivas realizadas en forma gratuita en ortopedia, otorrino y paladar hendido con especialistas dominicanos y extranjeros.

Más allá de sus exclusivos límites, el Central ha contribuido de manera constante y significativa a financiar obras comunitarias a favor de la ciudad romanense, una de las que ofrece mejores condiciones de vida, orden, prosperidad e higiene de todo el país.

Hace ya bastantes años, siendo presidente Hipólito Mejía, se celebró en La Romana una convención de la OEA, durante la cual el destacado economista Carlos Despradel ofreció a los Cancilleres participantes el perfil del Central como empresa modelo.  De entonces acá, no ha dejado de serlo.  Antes al contrario, ha ido acrecentando su condición como tal. Sus logros y acciones son la mejor prueba.

 

 

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