San Cristóbal.-La queja es colectiva. La pestilencia que emana de la zona cero de la tragedia en San Cristóbal y los gusanos que salen del lugar, se han convertido en un dolor de cabeza para quienes tratan de seguir adelante luego del siniestro que acabó con la vida de más de 30 personas, el pasado 14 de agosto.
A 17 días de la explosión, los pocos comerciantes que reabrieron sus negocios e intentan “volver a la normalidad” califican la situación actual como “insoportable”.
Entre lamentos por las pérdidas humanas y los daños materiales, Saury Franco, dueño de un centro de fotografías ubicado en ese perímetro, afirma que “los que estamos vivos debemos seguir adelante”, pero la pestilencia y los gusanos que él describe como “lagartos” (por su tamaño) están provocando que los clientes se resistan a visitar los comercios, postura que le perjudica en el ámbito económico.
No solo esos factores les preocupan. Franco describe que si las autoridades no intervienen para sanear la zona se podría generar una epidemia.
“Están saliendo unos gusanos que parecen lagartos de tan largos que son. El Ayuntamiento debería intervenir esta zona porque de esta situación se puede levantar una epidemia para las personas que estamos siempre cerca”, dice y agrega que deben usar mascarillas para apaciguar el hedor.
Lucas es otro ciudadano que, a pesar de no contar con un negocio en la zona cero también tiene su queja ya que pasa por el lugar en su motor y, aunque no quiera, el mal olor llega a sus narices.
«Ese bajo molesta. Hace rato que las autoridades debieron haberle buscado la vuelta a eso», afirma al recordar que ya la tragedia tiene muchos días y, por tanto, no deberían estar padeciendo de ese mal en la calle Padre Ayala, donde se produjo la explosión.