ISLAMABAD.- El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advirtió este viernes de que más niños podrían morir en Pakistán por las fuertes inundaciones que han dejado unos 1.500 muertos, más de 500 de ellos menores, si no aumenta la ayuda internacional.
«Se estima que 16 millones de menores han sido afectados por estas megainundaciones, y al menos 3,4 millones de niños y niñas necesitan ayuda inmediata», dijo el representante de Unicef en Pakistán, Abdullah Fadil, en un comunicado.
Según los últimos datos de las autoridades paquistaníes, 536 niños han fallecido desde el pasado junio en las inundaciones.
Tras visitar la provincia sureña de Sindh, una de las más afectadas por la catástrofe, Fadil constató que los menores y sus familias se han visto obligados a subsistir sin acceso a agua potable o alimentos, expuestos a numerosos riesgos como enfermedades infecciosas o animales salvajes.
«La triste realidad es que, sin un aumento masivo de las ayudas, muchos de estos niños morirán», dijo.
Los casos de malnutrición son corrientes, así como la diarrea y otras enfermedades como la malaria o el dengue, mientras que muchas madres se encuentran en un frágil estado de salud y no son capaces de amamantar a sus hijos.
El representante de Unicef señaló que las operaciones de rescate siguen siendo extremadamente complicadas, con numerosas comunidades todavía aisladas por las inundaciones.
«Está claro que las necesidades son enormes, y la respuesta debe ser adecuada a este desafío», dijo.
Según Unicef, 16 millones se han visto afectados pero las inundaciones también han golpeado a 650.000 embarazadas que necesitan asistencia sanitaria.
De los 33 millones de paquistaníes afectados, 6,4 millones requieren ayuda urgente, según Unicef, mientras que el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) espera 42.000 nacimientos solo en los próximos tres meses.
Las inundaciones han dañado más de 500 centros de salud en Sindh, y otros 240 en Baluchistán, en el suroeste de Pakistán, empeorando la crisis.
Según datos de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), un total de 1.508 personas han muerto, incluyendo 22 en las últimas 24 horas, y otras 12.758 han resultado heridas.
El impacto de las inundaciones en las comunidades rurales y la agricultura del país ha sido devastador y ha provocado la pérdida de cultivos, ganado e infraestructuras esenciales.
El país ha evaluado los daños en 30.000 millones de dólares, y se enfrenta a una crisis de seguridad alimentaria sin precedentes.
La ONU informó el pasado miércoles que ha recibido por el momento casi el 24 % de los 160 millones de dólares que solicitó en un llamamiento de emergencia
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