SANTO DOMINGO.- “En muchos casos el acceso al espacio virtual ha generado una especie de desplazamiento del rol familiar de los padres o cuidadores principales, que, por comodidad, falta de tiempo e inclusive carencia de paciencia tanto en circunstancias normales como en la propia pandemia, han delegado en celulares, tabletas o computadores la crianza de sus hijos. Produciéndose con esto una mayor exposición a peligros de las personas menores de edad en el entorno digital”, según la jueza Alexandra Reyes Custodio.
La magistrada explica que este fenómeno se ha encontrado un escenario propicio debido al cierre de las escuelas y colegios por prohibiciones estatales unido a la implementación de las clases virtuales por causa de la pandemia y la apertura del trabajo de los padres en busca del sostenimiento familiar, ha implicado una falta de supervisión adecuada en el manejo de las redes: su contenido y las personas mal intencionadas en búsqueda de víctimas, que en el caso de los niños los hace especialmente vulnerables por su nivel de madurez. “Creándose así un medio idóneo para la violencia en perjuicio de las personas menores de edad”, agregó.
“El uso no supervisado de la tecnología constituye una violación a los deberes del cuidador principal o circunstancial de los menores de edad, dada la exposición o riesgo de padecer violencia que ello implica para estos, y así se observa en los crecientes casos de grooming, sexting, cyberbulling, morphing, exposición a pornografía, entre otros, expuso la jueza designada del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Judicial de La Altagracia.
En ese orden, la magistrada también abordó la violencia física indicando que tradicionalmente la República Dominicana es un país de cultura paternalista y religiosa que considera el castigo como una forma adecuada de corrección y crianza, vista la violencia como una manifestación del ejercicio de la responsabilidad parental de criar y educar a los hijos en el camino del bien.
«Con el trascurrir de los años y de modo progresivo, se puede observar un cambio de paradigma en estas lascivas maneras, producto del trabajo arduo de las instituciones estatales y sociales a raíz de los compromisos internacionales del Estado para la observación de las obligaciones positivas y negativas de este, en razón de la ratificación de la Convención de los Derechos del Niño, misma que ha desencadenado una nueva visión de la crianza responsable y el reconocimiento de las personas menores de edad como titulares de derecho. Todo lo cual ha modificado el concepto de violencia y los contextos en que esta puede materializarse», manifestó.
Reyes Custodio resaltó que los que por falta de educación, estrategias o medios económicos se han mantenido dentro de la crianza tradicional, sin importar el acceso que la globalización y el abaratamiento de las tecnologías ha originado. Entonces, ello produce una suerte de desigualdad para el ejercicio de los derechos de los niños en estos ámbitos y la propia educación de sus cuidadores, dado que la tecnología bien utilizada implica una mejora en la efectividad de derechos fundamentales de las personas.
