Francia. – Valentina Petrillo, la primera atleta paralímpica transgénero, ha respondido firmemente a las críticas que ha recibido por su participación en los próximos Juegos Paralímpicos de París 2024. La atleta italiana, de 50 años, quien nació con la condición degenerativa de la vista conocida como enfermedad de Stargardt y se sometió a una transición de género en 2019, representará a Italia en las pruebas de 200m y 400m de la categoría T12 para personas con discapacidad visual.
Petrillo, quien ya ganó una medalla de bronce en los Campeonatos Mundiales de Atletismo Paralímpico en 2023, ha sido objeto de controversia y críticas por parte de algunos competidores y organizaciones, que cuestionan su inclusión en la categoría femenina. Entre los críticos se encuentra la atleta paralímpica alemana Katrin Mueller-Rottgardt, quien expresó su preocupación sobre una posible ventaja injusta en los 200m, y la abogada española Irene Aguiar, quien calificó de «injusta» la calificación de Petrillo por encima de la atleta española Melani Berges.
A pesar de la polémica, Petrillo ha defendido su posición. En declaraciones a la prensa, la atleta expresó: «Es justo que cada uno de nosotros pueda expresarse en su propio género. El deporte debería enseñarnos el valor de la inclusión y esto es fundamental para la felicidad de las personas.»
Valentina Petrillodefendió la importancia social y cultural de su presencia en los Juegos Paralímpicos de París 2024. «Puedo ganar una medalla, pero tengo que mejorar mi marca personal del año pasado (58.011) porque el nivel ha aumentado», declaró.
La inclusión de Petrillo en los Juegos Paralímpicos se produce en un contexto en el que la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics) prohibió en marzo de 2023 la participación de atletas transgénero en competencias femeninas, lo que ha intensificado las críticas en torno a su participación. Sin embargo, el Comité Paralímpico Internacional ha permitido que Petrillo compita, lo que ha provocado protestas de más de 40 organizaciones feministas que argumentan que su participación es «injusta» para las mujeres cisgénero.