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Batalla Electoral 2024

Vendiendo Catalina la Grande

Coincidiendo con la presentación del nuevo presupuesto, el gobierno ha reiterado su intención de vender parte de las acciones de la empresa que construye las dos plantas de carbón en Catalina. Lo motiva el hecho de que necesita un billón de dólares para terminarla y en ese presupuesto no ha incluido fondos para ese propósito.

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Coincidiendo con la presentación del nuevo presupuesto, el gobierno ha reiterado su intención de vender parte de las acciones de la empresa que construye las dos plantas de carbón en Catalina. Lo motiva el hecho de que necesita un billón de dólares para terminarla y en ese presupuesto no ha incluido fondos para ese propósito. Hasta la fecha ha aportado al proyecto recursos provenientes del diferencial entre el no reducido precio de venta de la electricidad a los consumidores y la baja en el precio internacional del petróleo.

Pero esa diferencia no alcanza. Otra fuente, los financiamientos internacionales, se secó con los escándalos en Brasil. Otra consideración es el declarado propósito del presidente Medina de construir las plantas ante la ausencia de interés de un sector privado desestimulado ante los enormes déficits de las distribuidoras que para poder pagar a las generadoras tienen que pedirle plata al gobierno, además de falta de reglas de juego ante el vencimiento de los Acuerdos de Madrid, pero con el propósito de venderlas una vez construidas.

¿Estará el sector privado interesado en comprarlas? Depende de dos factores:

  1. ¿Está el gobierno dispuesto a vender o no una participación mayoritaria? Aceptar una posición minoritaria en una empresa estatal implica enormes riesgos. ¿Quién administra la empresa? Todavía no se ha licitado un contrato de administración. Si este solo cubre los aspectos técnicos, entonces el Estado nombra a funcionarios y empleados (desde que la Shell vendió la Refinería al Estado su nómina se ha duplicado) y decide a quien comprar el carbón, un contrato muy añorado por los “compañeros” por sus comisiones. Consecuentemente, al sector privado solo le interesaría invertir si el Estado deviene en accionista minoritario. El Estado podría argumentar que se requiere la mayoría para poder competir en el mercado y evitar contubernio con las generadoras existentes, pero eso se evita si el Estado no acepta ofertas de empresas dueñas o vinculadas a los actuales generadores. Además, el contrato de venta de Catalina a las distribuidoras, firmado antes de la venta de sus acciones, garantizaría la competencia que busca reducir costos.
  2. La inversión en Catalina La Grande es superior a plantas gemelas, incluyendo su puerto, recién construidas en otros países. En consecuencia, los compradoras requerirían comprar a por lo menos el 80% de su costo de construcción, ya que podrían montar nuevas plantas de carbón en el país a precios no inflados.

Si se dan las dos condiciones señaladas creemos que habrían compradores interesados, sudamericanos, europeos o norteamericanos. Me cuidaría de los chinos.

El énfasis del presidente Medina es buscar generación barata (al costo de AES) para reducir el costo de generación del sistema, desechando las costosas plantas diesel. Pero poco se logra reduciendo costos si las distribuidoras, estatizadas por Hipólito Mejía, dejan de cobrar una tercera parte de lo que venden. En su discurso de toma de posesión en el 2012 Danilo Medina prometió reducir esas pérdidas hasta un 25% de lo facturado. En ese momento las pérdidas eran más de un 30%. Esa reducción era algo lograble si tomamos en cuenta que en Centroamérica solo se deja de pagar un 17%. Pero no lo ha conseguido. Ha sido su principal fracaso y se ha debido a razones político-electorales. Las tres distribuidoras, administradas por gente del PLD, prefieren ofrecer graciosamente 24 horas de luz pues ese mayor déficit lo cubre el presupuesto, con recursos que hubiesen podido ser utilizados en salud y educación. Parte del gran incremento en la deuda se debe a la necesidad de buscar recursos para el sector eléctrico. Antes la deuda se utilizaba para proyectos financiados por el BID, Banco Mundial, etc., hoy los bonos soberanos son utilizados para gastos corrientes.

El déficit del sector eléctrico se alivia con Catalina La Grande (si no suben los precios del petróleo y el carbón), pero la solución es entregar por lo menos una de las distribuidoras en administración al sector privado, o vendiéndolas.

La excusa ha sido que el gobierno sólo podrá cobrar cuando, gracias a Catalina, la gente pagará por haberse rebajado la tarifa. Eso es diferir el problema. Nadie sabe a cuánto estará el petróleo, el carbón y el gas natural dentro de dos años.

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