Un renombrado politólogo, el colega Belarminio Ramírez, tuiteó ayer tagueándome: “Vuelve el PLD para que RD vuelva a ser país seguro que se pueda caminar por calles sin miedo al atraco”. En desacuerdo, respondí: mientras las divididas fuerzas boschistas no purguen o superen sus problemas judiciales y Abinader continúe afianzando su liderazgo, ni siquiera el grave problema de inseguridad bastará para que vuelvan el PLD o la FUPU.
Cuando gobernaba mi amigo Danilo, quien logró notables éxitos, fui atracado, mi jardinero apuñalado, cuatro empleados asaltados y había gran violencia callejera. La Policía, nada… (Ay, ¡mi reloj y aro matrimonial!). El aumento de violencia no puede atribuirse sólo a este u otro gobierno. El mundo postpandemia, con incordios económicos, padece aumentos de delincuencia.
Politizar por partidismo este grave reto no ayuda a solucionarlo. Debemos exigir a las autoridades, especialmente la penosa Policía, la Procuraduría “independiente” y al Poder Judicial, que cumplan sus obligaciones. Este reclamo tendrá mayor autoridad moral si es ajeno al proselitismo de los partidos. ¡Merecemos más seguridad y menos impunidad!