Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Cuando es que Cristo se separa de nosotros, nunca. Nosotros somos los que nos separamos de él, pero Él siempre está a nuestro lado.
Lo que nos pasa a nosotros los seres humanos es que nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, nos acordamos de Cristo cuando las cosas no están tan bien, pero cuando va todo viento en popa, ni siquiera nos acordamos de darle gracias por todo lo que nos da y que a veces ni nos merecemos.
Pero Cristo nos dice: ¿Me necesitas? Estoy aquí a tu lado.
No puedes verme, sin embargo soy la luz que te permite ver.
No puedes escucharme, sin embargo hablo a través de tus palabras.
No me puedes sentir, sin embargo soy el poder que trabaja a través de tus manos.
Estoy trabajando en ti, aunque desconozcas mis caminos.
Ando trabajando en ti, aunque desconozcas mis obras.
No soy una visión extraña. No soy un misterio.
Todavía estoy aquí contigo, para ayudarte.
Todavía contesto tus plegarías, los que tienes es que escucharme.
Aun cuando temas estoy contigo.
Aun cuando estés con tu dolor, estoy contigo.
Estoy contigo si oras o no.
Estoy contigo en todo momento.
Solo en tu mente te sentirás lejos de Mí.
Puedes tan solo con tu mente conocerme y sentirme.
Vacía el corazón de temores ignorantes.
Cuando quites el yo del medio, estoy contigo.
Por ti mismo no puedes hacer nada, pero Yo lo puedo todo.
Yo estoy en todo lo que pasa y en todo lo que te sucede.
Solo en Mí el mundo toma significado.
Solo en Mí el mundo sigue adelante.
Soy el amor que es el cumplimiento de la ley.
Soy la paz que necesitas.
Soy la seguridad, soy la paz.
Porque te conozco, porque yo te amo.
Mi amado, estoy aquí, contigo.
Los dejo con el Capítulo 10, Versículo 11 de San Juan que dice: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.