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Batalla Electoral 2024

¡Excúseme de nuevo, Señor Presidente!

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Le faltan más argumentos señor Presidente para convencer a todo un país de que es pa’ lante que  vamos. Cómo se puede hablar de progreso cuando la República Dominicana ocupa el lugar 138 de 139 naciones en el indicador de desperdicios de gastos públicos. De qué progreso hablamos cuando la mitad de la población vive en la pobreza y un poco menos de la tercera parte de estos viven en extrema pobreza.

Excúseme de nuevo señor Presidente, quizás es que me he despertado de un largo y profundo sueño y al despertar han cambiado algunas cosas en el país como, por ejemplo, la erradicación del analfabetismo, el desempleo, la desnutrición, la falta de servicios básicos, las condiciones sanitarias deplorables, la mortalidad infantil e incluso la emigración. Pero, al leer los diarios me doy cuenta de que en su onceava rendición de cuentas frente al salón de la Asamblea Nacional usted definitivamente se refería a otro país.

Decir que en la República Dominicana el endeudamiento es sostenible cuando esto contrasta con el planteamiento del acuerdo stand-by con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que establece la disminución de los niveles de deuda, ¿por qué razón este organismo internacional ha hecho tanto hincapié en que hay que disminuir el déficit público y los niveles de endeudamiento? Pienso que el presidente debería dar esta receta de “prosperidad” a los organismos internacionales. Estoy seguro que esto lo haría merecedor de un premio “Pulitzer de Economía” sobre cómo sacar un país en crisis con sólo un discurso.

Una cosa es conceptualizar y otra es sufrir los embastes de una tormenta en alta mar con un capitán pretendiendo sacar las gentes de las aguas heladas sin darse cuenta de que la embarcación se hunde. En el país que el presidente no vive la realidad es otra: moneda devaluada, disminución de las reservas internacionales, aumento de las tasas de interés de los préstamos y aumento de riesgo país.

Quizá al ciudadano presidente lo hemos malinterpretado y lo que quiso decir fue que este es un país rico tristemente administrado. Y si esto es así propongo un desagravio público a Leonel Fernández y en un Tedeum en la Catedral Primada de América con la oposición política presente, economistas, hombres y mujeres del pueblo y encabezado por el obispo Victor Masalles, entreguémosle un documento donde le digamos al presidente la fórmula de cómo administrar un país rico, dónde él vive, con un pueblo pobre, dónde vivimos los demás.

Entonces pudiéramos decir que en materia de desarrollo humanos “e’ pa’ lante que vamos”.

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