SANTO DOMINGO.- Los aumentos de precios de petróleo, combustibles terminados, alimentos y materia prima se mantienen imparables.
Mientras tanto, no se visualiza un fin del conflicto Rusia-Ucrania, que exacerba el tornado de precios dejado por la pandemia.
Hay quienes creen todavía, a estas alturas, que estos acontecimientos del plano internacional no nos conciernen y los vemos como algo lejano.
Pero, a pesar de nuestra mentalidad isleña, insular, esos hechos nos pegan y muy duro en las finanzas públicas y en la calidad de vida.
Estamos adquiriendo bienes y servicios mucho más caros que el año pasado y eso reduce nuestro poder adquisitivo y repotencia la vulnerabilidad de los más pobres.
“Si logramos superar la pandemia, también afrontaremos esta”, ha dicho el presidente Luis Abinader, quien se dirige esta noche al país para anunciar nuevas medidas.
Sabemos que estamos ante una coyuntura. La guerra tendrá que terminar y el disturbio de precios no será eterno.
El Gobierno tiene la opción de anunciar y hacer aplicar medidas de coyuntura para cruzar la tormenta.
Yo pienso, sin embargo, que en paralelo deberíamos aprovechar para impulsar cambios estructurales que nos establezcan:
1.- Un nuevo orden del régimen fiscal
2.- Unas directrices más inteligentes sobre el gasto público
3.- Una revisión más a fondo de la Ley de Hidrocarburos
4.- Un mecanismo de restitución del poder de compra de la gente
Lo más importante aquí es que todos marchemos juntos contra esta crisis que pinta ser de larga duración.
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