El Canciller dominicano Roberto Álvarez volvió insistir en la urgencia de la ejecución de intervención militar de EE.UU y sus aliados en Haití.
Su intervención como invitado especial en la sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU del pasado lunes, no dejó dudas sobre su condición de funcionario subordinado a los dictados de la Casa Blanca, a tono con la condición de neo-colonia de la República Dominicana y con el rol de gobernador de la misma asumido por el Presidente Luis Abinader.
Con ese pie de amigo a favor del Plan Biden contra la autodeterminación del pueblo haitiano, se acelera la entrada de contingentes militares a la parte Occidental de esta isla.
NUEVA VEZ emerge la agresión militar imperial contra Haití en un CICLO RECURRENTE, que en tiempos modernos se solicita servilmente desde El Caribe, después de fraguarse en Washington.
· MAS ALLÁ DE LA SUPERFICIE Y DEL MANTO DE MENTIRAS
¿Qué está en el fondo de esa acción imperial?
No hay perdón para la negritud caribeña injustamente martirizada y justamente indignada.
No hay tregua en las recurrentes agresiones militares destinadas a vengar la osadía anticolonial y antiesclavista haitiana, y a impedir la ruptura de la cadena de hierro que amarra esa pequeña republica caribeña al Coloso del Norte
La supremacía blanca y la represalia colonial son insaciables.
La insumisión histórica y presente no se perdona.
Otra vez EU y CANADA ofrecen las primeras señales de este nuevo ciclo intervencionista.
Francia, la primera en masacrar y exprimir, luce pérfidamente solapada.
OTRA VEZ la mentira es empleada aplastar la verdad.
Nos quieren convencer de que el hambre material y espiritual de los pueblos se sacia con pólvora y acero.
Que la inmensa deuda social con Haití se paga a plomazos y tanquetazos.
Que esos “fármacos” a base de pólvora son ideales para atacar el cólera de multitudes y “preservar” el litio y el titanio de la “barbarie”.
La ONU los contempla en su recetario, ni hablar EEUU y el programa de su “guerra global permanente”.
Tratan de persuadirnos de que la paz se garantiza haciéndole la guerra a una rebeldía social real, falsamente asemejada al accionar de las bandas armadas que ellos mismos crearon y alimentaron.
· LA VERDAD OCULTADA Y LA ISLA INVERTIDA.
La ONU ha concebido esta “intervención robusta” a cargo de los mismos invasores del pasado, adicionalmente acompañada de la ayuda militar a una Policía corrupta y criminal.
Las víctimas son las culpables, solo por demandar soberanía.
Los victimarios, mal calificados de Comunidad Internacional, son los jerarcas desalmados de dos o tres potencias imperialistas occidentales, que manipulan sus dependencias.
Las ONU y la OEA legitiman sus fechorías a costa de su descrédito.
Las BANDAS la formaron y alimentaron ellos y han decidido “combatirlas” cuando “milagrosamente” se convirtieron en multitudes desarmadas.
TRUMP se frotas las manos.
BIDEN los pies.
ADRIAN HENRY cree que no se va a caer y está casi en el suelo.
URIBE y DUQUE aplauden.
MARTERLLY se sube a la tarima a bailar desnudo.
La TUMBA de MOISES la limpian para recibir las ofrendas de los nuevos invasores.
Los Colosos del Norte se disponen a chupar sangre y a ponerle candado al litio y al titanio.
Abinader y el Canciller Roberto Álvarez no se arrepentirán de chuparle las medias al Tío Sam. Ese néctar es su postre preferido.
El pueblo haitiano, por desgracia para ellos, parece decidido a develarse por su soberanía y autodeterminación. Ni el hambre impuesta, ni el cólera propagado lo han detenido.
No duerme, sigue sublevado.
Esta vez se les puede enredar la cabuya a sus agresores.
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