A José Antonio López (Che): militante de acero
José Antonio López, nuestro Che de Santiago, se forjó en las luchas por la soberanía, el socialismo y la libertad.
El Partido Comunista Dominicano (PCD fue su fragua original y el Movimiento Caamañista (MC), que hoy le rinde honores a su valiente en inconmovible trayectoria comunista, la continuidad y el escenario final del despliegue de sus grandes valores.
La lealtad a la causa del combate al capitalismo y sus potenciadas crueldades, estuvo presente en todos los momentos de su vida hasta el último aliento en su digno y altivo combate contra la terrible enfermedad que finalmente consumió sus fuerzas físicas.
Si de alguien pudiera decirse que “se templo como el acero”, ese es nuestro Che.
Su lucha se inicia siendo adolescente y no concluye todavía, luego de abrazar el ideal comunista y asumir la práctica de la revolución popular por más de medio siglo.
Perseguido, apresado 43 veces, torturado, sano, enfermo…José Antonio, boina al ristre, siempre fue igual: un combatiente indoblegable, un militante de acero.
Nunca se dobló, jamás delató.
Nunca se ablandó, ni se oxidó, ni claudicó.
¡Su firmeza fue ejemplar!
Pobre en bienes materiales y rico en ideales, nunca se separó del pueblo trabajador, de sus barriadas, de los centros de trabajo, de la vida proletaria.
Estudioso, autodidacta, creció políticamente junto al partido, en sus asambleas, en sus luchas, en los intrépidos micro-mítines de la época, en las protestas y confrontaciones con las fuerzas represivas del sistema; en el quehacer cotidiano, sencillo y heroico de la revolución anhelada.
Abrazó con pasión el marxismo.
Asumió el leninismo.
Admiró a Fidel y al Che, a Caamaño y a Chávez, a Minerva, Manolo y Orlando… a todos los héroes y heroínas de la Patria chica y la Patria Grande. ¡Siguió en lo posible sus valiosos ejemplos!
Predicó el ideal socialista sin desmayo, en calles, callejones, escuelas, fábricas, plazas, mercados públicos, y caminos. Voz siempre activa, volantes, periódicos y folletos en manos, solidaridad a flor de piel. Las piedras y todas las rebeldías legítimas, siempre prestas a enfrentar sin miedo el fusil opresor. ¡Subversivo siempre como el Che de Nuestra América!
Internacionalista consecuente.
Así se templó nuestro Che y alguien así no se despide para siempre: de muchas maneras se queda con nosotros/as.
El MC lo abraza y lo reconoce en alto como comunista-caamañista ejemplar, agradeciendo profundamente a la vez toda la solidaridad, el cariño familiar, la camaradería y la fraternidad revolucionaria que lo rodeó en estas durísimas circunstancias.
Su familiares queridos y nosotros/as nos sentimos orgullosos de su trayectoria y ejemplo.
¡Hasta la victoria siempre!, querido José Antonio.
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