En días recientes, finalizando el presidente Iván Duque su nefasta gestión de gobierno en Colombia, fue invitado por su colega dominicano, Luis Abinader, para condecorarlo y rendirle honores.
Sí, Abinader invitó al mismísimo Duque.
Al pupilo de Álvaro Uribe Vélez, uno de los ex presidentes más perversos de Nuestra América.
El ex presidente asociado al paramilitarismo.
El de los más de 6,000 falsos positivos, repartidos entre su gestión de gobierno y la de Juan Manuel Santos.
El mandatario de la matanza de la Colonia 13 en Medellín, con el general Montoya a la cabeza.
El de las moto sierras y los juegos de futbol con las cabezas de los descuartizados-
El de las fosas comunes y las decenas de miles de familias campesinas cruelmente desplazadas.
El de Colombia con 10 bases militares estadounidenses, incorporada a la OTAN y sumida en la narco-política.
Álvaro Uribe, el astuto y eficaz presidente del narco-estado terrorista que sirve de plataforma de agresión contra países vecinos de la región; y, a la vez, como fábrica de mercenarios.
El de la ficha 82 de la DEA, perdonado por su servilismo al imperio y a sus estrategias de dominación.
Saboteador, junto a su heredero político, del proceso por la paz.
Acusado ya formalmente en Colombia de sobornos al Congreso y asociación con el paramilitarismo criminal.
Álvaro: el padrino político de Duque.
Duque: el continuador de la masacre.
El que carga en su mochila alrededor de 1,300 asesinatos de líderes sociales y ex guerrilleros.
Expresión relevante de la nueva colonialidad, de los nuevos gobernantes serviles, de los renovadores del lacayismo y del fascismo en tiempo de crisis y decadencia del Coloso del Norte.
· DUQUE EN DOMINICANA ENVUELTO EN SANGRE Y LODO DE LA CABEZA A LOS PIES
Llegó Iván Duque a esta hermosa Quisqueya cubierto de lodo, con sus manos ensangrentadas y las culpas de sucesivas masacres en los días intensos del reciente paro nacional y las manifestaciones multitudinarias por el derecho a la vida en las calles colombianas
Llegó harto de dar órdenes de ametrallar multitudes.
Vino sin pueblo que representar, vacío de apoyo popular, desacreditado como el que más.
Vino chorreando sangre y lodo para abrazar a su guate y colega Abinader y de paso sumarle inmundicias al Congreso Nacional.
Meses atrás fue visitado por las elites capitalistas dominicanas, que con la venia de un presidente-empresario, con su enorme fortuna familiar depositada en “paraísos fiscales” (banco off-short), han asaltado gobierno y Estado para terminar de apropiarse de lo que queda del patrimonio nacional.
Vino a regocijarse en el coloniaje practicado por los dos, gustosamente a las órdenes del Comando Sur y la IV FLOTA, que rondan aguas y países del Gran Caribe en descarado aliento a la voracidad de las transnacionales mineras de Norteamérica, presentes sus garras en ambas naciones.
En el Congreso y en el Palacio de Gobierno se escenificaron los puntos altos de su periplo dominicano.
En el Palacio, para firmar acuerdos comerciales a favor de las respectivas oligarquías y simular decisión de combate a la narco-delincuencia desde dos Estados realmente delincuentes.
En el Congreso, para ser usado como escenario para atacar pérfidamente a Cuba, Venezuela y Nicaragua, en la misma tónica perversa empleada por el centro de mando imperialista para estigmatizar esas naciones, sin moral para hacerlo; y al calor de su torpe exclusión de la CUMBRE DE LAS AMÉRICAS, preparando el terreno para nuevas y crueles agresiones.
Solo que al Congreso dominicano, a la Asamblea Legislativa de este país, no le cabe mas descrédito en su doble condición de Cueva de Alí Baba y Madriguera de Mercaderes de la política.
Ambas partes, de todas maneras, se esforzaron en nutrirse con mas basura y en aplaudirse hasta la ridiculez, pretendiendo ofender a Estados y pueblos que han roto record de solidaridad para con nosotros/as y la humanidad.
En fin, que son CÁSCARAS DEL MISMO PALO; y, por cierto, con un tronco bastante podrido.
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