Copenhague.- Los adolescentes europeos experimentan una mayor presión en las escuelas y un descenso en el apoyo familiar, según un estudio difundido este miércoles por la Oficina europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El ‘Estudio sobre las conductas saludables de los jóvenes escolarizados’ (HBSC, por sus siglas en inglés), un proyecto auspiciado por la OMS, revela que el número de jóvenes que asegura recibir altos niveles de apoyo familiar se ha reducido de 2018 a 2022 del 73 al 67 %, y el de apoyo de compañeros, del 61 al 58 %.
La caída es más pronunciada en las niñas con un descenso del 72 al 64 % en el caso de la ayuda familiar y del 67 al 62 % de la de compañeros, señala el informe, que incluye datos de jóvenes de 11, 13 y 15 años de 44 países de Europa, Asia Central y Canadá.
«Los adolescentes que recibieron un apoyo sólido de la familia y compañeros registraron mejores resultados en salud mental que aquellos con apoyo limitado o ninguno», señala OMS-Europa.
El aumento de la presión escolar afecta en especial a los adolescentes de mayor edad, con claras diferencias de género: casi dos tercios de las niñas de 15 años aseguraron sentirse presionadas (9 puntos más que en 2018), una cifra que baja al 43 % en niños de la misma edad (40 % en 2018).
«Las niñas están a menudo atrapadas entre las expectativas de excelencia académica y los roles sociales tradicionales, mientras los niños puede sufrir presión para parecer fuertes y autosuficientes, lo que los desanima de buscar el apoyo necesario», señala el estudio.
La OMS señala que estos dos factores apuntan a una «tendencia preocupante» que sitúa a las jóvenes adolescentes en una situación de mayor riesgo de tener una peor salud mental, de ahí que sea necesario un enfoque «sensible al género».
Desigualdades sociales y de género
El estudio resalta también diferencias vinculadas a los ingresos económicos familiares: el número de adolescentes que experimentan niveles elevados de apoyo familiar baja del 71 % para los de ingresos altos al 62 % para los de menos medios económicos, y lo mismo ocurre en el apoyo recibido por compañeros (62 y 53 %).
Menos niñas que niños consideran fácil hablar con sus progenitores sobre cuestiones que les importan, con una mayor brecha en la comunicación con los padres (62 y 78 %, respectivamente) que con las madres (81 y 86 %).
La OMS advierte también del «profundo» impacto que la pandemia de la covid-19 ha tenido en el entorno social de los adolescentes, «con efectos duraderos que continúan conformando su bienestar».
«Las medidas de distanciamiento social, el cierre de escuelas y la alteración de las rutinas coinciden con cambios en el apoyo familiar y de compañeros y experiencias escolares menos positivas, exacerbando los retos que afrontan los jóvenes durante un período ya de por sí vulnerable de sus vidas», señala el informe.
Para revertir la situación reflejada en el estudio, OMS-Europa insta a reforzar las políticas centradas en la familia y el apoyo económico, crear entornos escolares inclusivos e impulsar programas de recuperación pospandemia para jóvenes.