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Bruma morada

Abjurar del imperio de la ley y traicionar el interés nacional por ignorar nuestra historia, son fuerzas corrosivas de la dominicanidad peores que cualquier amenaza externa. Lo dije hace semanas y lo repito ante la fiereza con que facciones peledeístas sacaliñan imputaciones de graves ilícitos.

José Báez Guerrero

Abjurar del imperio de la ley y traicionar el interés nacional por ignorar nuestra historia, son fuerzas corrosivas de la dominicanidad peores que cualquier amenaza externa. Lo dije hace semanas y lo repito ante la fiereza con que facciones peledeístas sacaliñan imputaciones de graves ilícitos. Solo sociedades dirigidas por la dictadura de la ley, sin impunidad flagrante por corrupción pública o privada, con órganos democráticos sanos y abiertos, logran la cohesión interna para la preservación de sus intereses como nación-Estado.

Sin democracia pueden imponerse ley y orden, reformar la economía y garantizar la preservación del proyecto de vida en común que es una patria. Pero no sin leyes justas, promesa de justicia y esperanza de prosperidad compartida. Es paradójico que gobiernos legales pero ilegítimos según el canon occidental, como China, Singapur o el Chile pinochetista, produzcan más libertad, riqueza y bienestar que regímenes populistas dizque democráticos pero podridos.

Asumir que cierta idea progresista de democracia nunca cumple sus promesas es un hito sugerentemente retador: ¿propondrá alguien prescindir de políticos partidistas?

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