Un cordial saludo a todos mis queridos lectores
Nunca en mis años, que ya son unos cuantos he visto un árbol de mangos dar guineos, ni he visto un árbol de zapotes dar manzanas. Si el árbol es de zapotes, dará zapotes y si es de mango dará mangos, no podemos esperar que de otros frutos. Eso sucede con los arboles que son irracionales, que no piensan, ahora, nosotros los humanos somos seres racionales, que pensamos y sentimos.
Pero es muy cierto como dice el viejo refrán español: “Que no podemos pedirle al árbol de peras que de manzanas”, no podemos pedirle a un ser humano que de lo que no tiene en su corazón, si en su corazón hay odio, rencor, y mala voluntad eso es lo que él puede transmitir o dar a los demás, si en su corazón hay dulzura, amabilidad y buenos deseos, eso es lo que esa persona va a transmitir o dar a otros.
Leí hace un tiempo algo que me ayudo a reflexionar un poco y a comprender que más se gana con una gota de miel, que con un barril de hiel. Como no somos personas adineradas, por lo menos yo no lo soy, lo único que puedo dar es lo que tengo, por eso tenemos que ir transformando poco a poco nuestro corazón, pera poder que el mismo este bien lleno de cosas buenas. Quiero compartir con Ustedes aquello que les dije llego a mis manos y dice así: “Una persona grosera resuelve hacer un presente a otra persona por su aniversario, pero como en realidad la despreciaba irónicamente mando a preparar una bandeja llena de basura y desperdicios.
En presencia de todos, porque le daba placer humillar públicamente, mandó entregar el presente, que fue recibido con alegría por el agasajado. Gentilmente, el agasajado agradeció y pidió que lo esperara un instante, ya que le gustaría poder retribuir la gentileza. Tiró la basura, lavó la bandeja, la cubrió de flores, y la devolvió con un papel, donde decía: Cada uno da de lo que su corazón posee.”
Así que, no te entristezcas con la actitud de algunas personas; no pierdas tu serenidad. La rabia hace mal a la salud, el rencor daña el hígado, y la cólera envenena el corazón.
Domina tus reacciones emotivas. Se dueño de ti mismo. No arrojes leña en el fuego de tu aborrecimiento. No pierdas la calma y no cedas a tu impulsividad. Guardar en nuestro corazón resentimientos es como tomar veneno y esperar que otra persona muera. Recuerda siempre que has de dar las flores que llevas en tu corazón.
Quiero terminar dejándoles este pedazo del Evangelio de Marcos, Capitulo 7, Versículos 21 y 22 y dice así: “Y el dijo: Lo que sale del hombre lo hace impuro, pues del corazón del hombre brotan los malos pensamientos, la fornicación, los robos, los asesinatos, el adulterio, la codicia, la maldad, la vida viciosa, la envidia, la injuria, el orgullo y toda clase de desórdenes.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.