El cierre de la fundación ocurre luego del acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás el 10 de octubre.
Jerusalén.- La Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, en inglés), organización auspiciada por el Gobierno de Donald Trump para repartir ayuda en la Franja, echa el cierre tras seis meses de operaciones marcados por la polémica e incluso por escenas de desesperación y muertos en el enclave palestino.
La entidad, a la que fue encargada dicha distribución por el Ejecutivo israelí, reconoce este lunes en el comunicado donde da por culminadas sus operaciones que no consiguió la apertura de más centros de distribución, y presume de un "éxito" sobre el terreno que contrasta con la visión de las organizaciones internacionales.
Estas son las claves del papel que la GHF desempeñó en la Franja de Gaza, donde fuentes humanitarias indicaron a EFE que todo apunta a que ya cesó su actividad con el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás del pasado 10 de octubre.
La GHF es una organización estadounidense sin ánimo de lucro, integrada por exmilitares de ese mismo país, empresas privadas de seguridad y operadores humanitarios.
Esta institución emergió para reemplazar en la distribución de alimentos a las agencias de Naciones Unidas, a la que el Ejecutivo israelí acusó repetidamente, y sin aportar pruebas, de connivencia con el supuesto expolio perpetrado por las milicias de Hamás.
La Administración Trump, que ya se apuntó el tanto de la consecución del último alto el fuego en la Franja, exteriorizó a bombo y platillo el 'acierto' de la GHF desde los primeros meses de su establecimiento, y hoy, con el anuncio del fin de operaciones, no ha sido menos.
"El modelo de la GHF, en el que Hamás ya no podía saquear ni lucrarse robando la ayuda, fue clave para que el grupo se sentara a la mesa de negociaciones y se alcanzara un alto el fuego. Agradecemos todo lo que aportaron al pueblo gazatí", declaró en redes sociales el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Tommy Piggot.
Tras una situación de bloqueo de la entrada de ayuda a Gaza por parte de Israel, que fue total de marzo a mayo de este año, la GHF comenzó a operar con un sistema de distribución de ayuda militarizado que Human Rights Watch definió en agosto como "repartos de comida convertidos en baños de sangre".
Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, dependiente del Gobierno de Hamás, 2.600 personas murieron y 19.000 resultaron heridas entre finales de mayo y principios de octubre tratando de hacerse con comida en los puntos de la GHF y también saqueando camiones que entraban en la Franja.
La ONU calcula que solo en junio y julio murieron 859 cerca de los sitios de la fundación estadounidense.
"Además de ser un completo desastre en la práctica, su forma de actuar, respaldada por EE.UU. e Israel, socavó el sistema internacional de reparto de ayuda humanitaria incorporando armas para tratar de controlar a personas en situación de hambruna", recuerda hoy a EFE el portavoz de una reconocida organización humanitaria que prefirió mantener la condición de anonimato.
Sin embargo, GHF sacó pecho hoy de sus cifras récord, que ninguna institución independiente ha podido corroborar, asegurando que en seis meses distribuyeron más de 3 millones de cajas de alimentos, con un total de 187 millones de comidas para más de 2 millones de personas.
Por el contrario, tres meses después de instalarse en Gaza, un comité de reputados organismos humanitarios avalados por la ONU declararon la situación de hambruna en el norte de Gaza, donde se ubica su capital.
Según Unicef, en agosto pasado casi 4 de cada 10 gazatíes reportaba "días sin comer". Y en los 50 días desde que se declaró la hambruna hasta el comienzo del alto el fuego en octubre, las autoridades gazatíes registraron 185 muertes por hambre, 42 de ellas de niños.
Fuentes de organizaciones humanitarias internacionales indicaron a EFE que, por el momento, esperan que los repartos de ayuda los continúe liderando el mecanismo de Naciones Unidas, creado bajo el mandato del Consejo de Seguridad, encargado desde el último alto el fuego.