Redacción.- Los sensores de la sonda InSight de la NASA han recogido evidencia clara de un depósito de agua líquida oculto en profundidades de Marte, entre 11,5 y 20 kilómetros de profundidad. Una reserva líquida tan grande que podría cubrir el planeta de océanos como en la Tierra, desafiando décadas de suposiciones sobre la historia del agua y abriendo una vía clara para, algún día, descubrir vida.
Este descubrimiento es fundamental para la ciencia, la comprensión del sistema solar y la búsqueda de vida en el universo.
Los astrónomos y geólogos planetarios pensaban que Marte era seco y estéril desde el inicio del estudio de cerca con telescopios lo suficientemente potentes.
Después de que la nave Mariner 4 lo sobrevoló en julio de 1965 o las sondas Viking aterrizaron en 1975, se ha pensado que el planeta era un erial. En el 2008 se confirmo la presencia de hielo de agua, cuando la NASA anunció que la sonda Phoenix había enviado la evidencia el 31 de julio.
La evidencia de la gran reserva de agua subterránea proviene de un análisis detallado de múltiples terremotos y sus ondas sísmicas. Dichas ondas viajan a través de la corteza de Marte y, como en la Tierra, su análisis sirve para entender la composición del subsuelo usando modelos de física de rocas y técnicas de inversión bayesianas.
Según Vashan Wright, autor principal del estudio y miembro de la Institución Scripps de Oceanografía, «una corteza media compuesta de roca ígnea con fracturas delgadas llenas de agua líquida puede explicar mejor los datos geofísicos”.
Un descubrimiento que podría cambiarlo todo
La teoría predominante durante décadas fue que Marte perdió la mayor parte de su agua en un escape al espacio, dejando detrás un planeta frío y seco. Sin embargo, una nueva investigación indicó que una parte del agua de Marte fue hacia abajo, quedando encerrada en las profundidades, cambiado radicalmente la teoría del ciclo hidrológico de Marte.
«La corteza de Marte no tiene por qué haber perdido la mayor parte de su agua a través del escape atmosférico», explica Wright.
En la Tierra, existen entornos similares que albergan vida microbiana, organismo extremófilos que crecen en condiciones muy adversas para la vida.
En los años 60, la URSS intentó llegar a 20 kilómetros de profundidad en un experimento llamado pozo superprofundo de Kola. Tuvo que detenerse años más tarde a 12.262 metros, cuando la baja densidad y alta viscosidad de la roca unidas a una excesiva temperatura hicieron imposible seguir con aquel agujero al infierno.
Alternativas para lograrlo
Existe la posibilidad de usar la tecnología de perforación con plasma desarrollada por el MIT en 2017, donde Paul Woskov creó un sistema que usa un girotrón, un aparato derivado de los tubos de vacío que utiliza un haz de electrones que se amplifica en cavidad hueca de resonancia. El resultado es que el haz de energía que sale del taladro de Woskov es capaz de vaporizar cualquier roca imaginable.
Para llegar al agua, un equipo de perforación en Marte usaría sistemas de perforación tradicionales para alcanzar los cinco kilómetros de profundidad, algo normal en la industria de la extracción de combustibles fósiles en el planeta Tierra. En ese punto, pasarían a un taladro de energía dirigida.
La otra alternativa es explorar áreas donde el agua subterránea puede haberse filtrado a la superficie, proporcionando acceso indirecto al agua de la corteza media.