La nueva normativa busca reducir la intermediación estatal y proteger el talento calificado en Cuba.
CUBA.– El Gobierno de Cuba anunció este martes que en breve las empresas extranjeras en el país podrán empezar a contratar directamente a sus empleados y no estar obligados a pasar por una empleadora estatal.
El vice primer ministro y ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Oscar Pérez-Oliva, hizo este anuncio en el marco de la Feria Internacional de La Habana, al divulgar un paquete de medidas para facilitar la inversión internacional en la isla.
"Aquí se produce un elemento de flexibilización importante. Después de que se realice el proceso de selección por la entidad empleadora, el inversionista decide si la contratación se realiza de forma directa o continúa de la manera que lo venimos haciendo anteriormente, que es a través de la entidad empleadora", afirmó el funcionario.
Hasta la fecha, el procedimiento de contratación se hace de manera obligatoria a través de las empresas empleadoras, que seleccionan al personal, fijan los salarios y son, de hecho, las personas jurídicas que firman los contratos con el trabajador para laborar con un tercero (empresa extranjera).
Además, las empleadoras cobran un porcentaje del salario como comisión.
Este modelo, como adelantó EFE en octubre pasado, es el que se ha fijado también para los hoteles que las empresas estatales cubanas están empezando a alquilar a las cadenas hoteleras multinacionales que hasta ahora sólo los gestionaban, dándoles más autonomía en la toma de decisiones.
La decisión pretende dotar de "más flexibilidad" a las empresas extranjeras, además de "reducir la fluctuación" del personal y "proteger los recursos humanos calificados", dos problemas habituales para las empresas extranjeras en tiempos de elevada migración económica.
Cuba sufre una profunda crisis desde hace más de cinco años. La pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y políticas económicas fallidas han agravado problemas estructurales de la economía isleña.
A la contracción económica con elevada inflación se le suma la escasez de bienes básicos (alimentos, medicinas, combustible), los prolongados y diarios apagones eléctricos, la creciente dolarización y la migración masiva.