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Batalla Electoral 2024

De urgente aprobación

Toca a estos ahora, no perder tiempo.  La responsabilidad es suya.  El tema, insistimos, resulta ya de extrema urgencia.  Como tal debe ser entendido y manejado.

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Miembros del Comité Nacional del Plan Dominicana Limpia, encabezados por Domingo Contreras, responsable y a cargo de la Dirección General de Programas Especiales de la Presidencia de la República, el presidente y funcionarios de la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU); el de la Federación Dominicana de Distritos Municipales y el Secretario General de la Liga Municipal Dominicana, ingeniero Johnny Jones, a más de varios alcaldes y alcaldesas, sostuvieron una reunión para tratar el tema de los residuos sólidos, durante la cual urgieron al Senado a impartir rápida aprobación al proyecto de ley que regula su gestión.

Ciertamente el proyecto debiera obtener privilegio de prioridad y ser conocido y aprobado de urgencia.  Razones de sobra y de peso así lo aconsejan. Bastaría para ello con el feo, costoso y deprimente espectáculo que en recientes semanas ofrecieron las siempre contaminadas y turbias aguas del puerto de Santo Domingo, prácticamente anegadas por cientos de toneladas de basura, obstaculizando y afeando su entrada y el ornato del hermoso paseo, al tiempo de   proyectarnos en el plano  internacional como un país peligrosamente sucio y de serio riesgo para la salud de sus moradores y los visitantes extranjeros.

Sobraría, además, la necesidad de poder contar con un marco legal adecuado para la ejecución del mismo ambicioso programa de “Dominicana Limpia”, donde el Estado invertirá cientos de millones de pesos y la Cervecería Nacional Dominicana aportará cuatro millones de dólares, el cual persigue erradicar los casi cuatrocientos vertederos a cielo abierto que contaminan el territorio nacional por las cuatro esquinas,  sustituyéndolos por modernos rellenos sanitarios.

Ya no se trata solo de solucionar de manera correcta el destino final de los residuos sólidos, sino de encadenar  en secuencia todo el proceso desde el primer tramo que consiste en la forma en que debemos comportarnos los ciudadanos, empresas y negocios tanto formales como informales  que somos quienes los producimos, para hacer una adecuada disposición de los mismos.

Este es el origen del problema en la medida en que actuamos en forma irresponsable convirtiendo en vertederos improvisados las vías públicas, parques, ríos, cañadas, arroyos y playas. Cambiar esa mentalidad y ese comportamiento resultaría el primer paso indispensable para que “Dominicana Limpia” sea mas que un simple anuncio mediático o  un costoso y laborioso proyecto fallido.  Educación y sanción serán, por consiguiente, las dos claves fundamentales para que el mismo pueda resultar exitoso, y como tal, a nuestro juicio, debieran formar parte de la ley y del proyecto.

Esto así hasta llegar al  eslabón final: el de la separación y aprovechamiento de los residuos sólidos, mediante un proceso de reciclaje, sobre el cual existe abundante experiencia positiva en otros países,  y que puede representar una pródiga fuente de apreciables ingresos, como parte del modelo de “economía circular”.  Al presente estamos exportando basura como materia prima, que seguramente pudiéramos procesar aquí con el consiguiente valor agregado.

A comienzos de semana, la Asociación de Industrias celebró uno de sus acostumbrados desayunos temáticos, en esta ocasión con la participación de un destacado técnico mexicano, quien ofreció una excelente conferencia sobre la forma en que el país azteca, ya a estas alturas, hace un útil aprovechamiento económico de casi el sesenta por ciento de sus desechos plásticos.   Precisamente entre los asistentes, estaba el propio Domingo Contreras.  Y de fuente cierta, sabemos que antes de regresar a su país, el expositor mantuvo un interesante encuentro con un grupo de senadores y diputados,  a fin de ilustrarlos sobre el proceso.

Toca a estos ahora, no perder tiempo.  La responsabilidad es suya.  El tema, insistimos, resulta ya de extrema urgencia.  Como tal debe ser entendido y manejado.

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