Víctor Bautista advierte sobre la amenaza de los mercenarios del teclado que manipulan la información.
En la República Dominicana está creciendo una tendencia tan peligrosa como silenciosa, el socavamiento del periodismo profesional por parte de lo que podríamos llamar filibusteros digitales.
¿Quiénes son? Individuos o grupos que, sin ética ni rigor, alquilan sus teclados y sus redes para atacar la verdad y proteger intereses turbios. Son los piratas modernos de la comunicación. Operan al margen de la honestidad, navegan con banderas falsas y disparan bulos disfrazados de opinión y de noticia.
Cada vez que un medio serio destapa un hecho de corrupción o un negocio oscuro, se activa, casi como reloj, una campaña coordinada en redes sociales. Los mensajes se repiten, los insultos se copian, los hashtags se multiplican y no es espontáneo. Detrás hay planificación, estrategia y sobre todo dinero, bolsillos hondos financiando la mentira.
Frente a eso, la ciudadanía debe actuar con conciencia crítica, no creer de inmediato, confirmar, contrastar, comparar las fuentes. La verdad no siempre grita, a veces susurra y hay que aprender a escucharla entre tanto ruido. El periodismo no es incuestionable ni se hace en un laboratorio químicamente puro, pero como servicio público está bajo ataque.
Hasta la próxima.