SANTO DOMINGO.-Participación Ciudadana y Transparencia Internacional han hecho un diagnóstico sobre percepción de violencia y delincuencia en el país.
En el estudio, realizado recientemente, hay unos indicadores que vale la pena citar:
• 80% de los dominicanos no se siente seguros en el país.
• 78.7% reporta la delincuencia como uno de los principales males
• 55.6% tiene una elevada desconfianza en la Policía.
-Por temor a la delincuencia, 59.17% reportó haber dejado de salir de la casa de noche.
-50.3% ha decidido dejar de usar algunas vestimentas y joyas.
-39.05% ha abandonado participar en actividades de diversión.
Es decir, esta es una sociedad que vive bajo el manto del terror, del miedo, una de las peores trampas para el ser humano.
Al margen de esta fotografía social, el Ministro de Interior y Policía, Jesús Vásquez, reafirma hoy algo que todos sabemos, cito:
“Tenemos una sociedad violenta y todos debemos sumarnos a los esfuerzos que se hacen para mejorar los niveles de seguridad ciudadana”.
No sólo somos víctimas de la delincuencia callejera, de los actos de simple ratería, sino también de una violencia estructural.
¿Y cuál es esa violencia? La que practican ciudadanos capaces de matar por un simple rayón a un carro, por una mínima colisión y porque le tomen un parqueo.
No se trata solo de reforma de leyes, de cambios en la Policía, sino de ver esto también como un tema sanitario. Esta sociedad requiere sanación y por esa vía se requiere una estrategia articulada de salud, educación y terapia familiar.
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