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Batalla Electoral 2024

Drama migratorio paralelo

Luís Barrios, luchador puertorriqueño contra todas las discriminaciones y opresiones, autor de numeros obras y sacerdote episcopal, fue merecidamente investido como Profesor Honorario de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UASD.

Reside en New York al frente de la Iglesia San Romero de las Américas y de las luchas a favor de los emigrantes, pero trabaja fuerte en Puerto Rico con los dominicanos/as residentes allí; al tiempo que colabora con las mejores causas aquí y en Haití. Actualmente realiza una valiosa investigación sobre la custión dominico-haitiana en la frontera.

En el lindo acto de su investidura optó por hablarnos fundamentalmente de su trabajo en Borinquen, donde ha sido acusado de antipatriota por defender a los/as dominicanos/as. Y lo hizo con gracia y fina ironía, pero también con dolor.

Nos contaba que en Puerto Rico hay medio millón de emigrantes dominicanos, la inmensa mayoría consagrada al trabajo y a la vida honesta; pero considerados por las autoridades y por la cultura dominante como “ilegales” y tratados como negros/as despreciables, portadores/as de todo lo malo, merecedores de la persecución y la expulsión.

Nos acusan de quitarle el trabajo a los/as boricuas y llevarles solo enfermedades y delincuencia.

Alegan que nuestras parturientas consumen los presupuestos de los hospitales de maternidad afectando a las puertorriqueñas. Que copamos inmerecidamente sus servicios de salud creandoles penurias a su población.

Insisten que la economía puertorriqueña esta en crisis por nosotros y que la delincuencia ha crecido muchísimo por la misma razón. A su entender somos una especie de plaga negroide, maleducada, parasitaria, despreciable…

Nos dijo que en su país son considerados “traidores a la patria” –es su caso- los/as boricuas que hacen amistad y defienden a los/as dominicanos/as, y se auto-definen como patriotas a aquellos que los acosan, maltratan y persiguen; aunque al mismo tiempo respalden el status colonial de ese país.

El padre Luis Barrios, defensor de los derechos de las poblaciones migrantes donde quiera que estén, procuraba hacer una comparación aleccionadora. Por al concluir su discurso nos invitó a ponerle haitianos/as donde él habló de dominicanos/as y a trasladarnos de Puerto Rico aquí para a analizar lo que está pasando en nuestra querida Quisqueya.

Nos instó finamente a tratar de indagar acerca de los intereses y modelos de dominación que motivan esa manera de pensar y esa forma de tratar a los/as excluidos/as por razones de clase y de piel en espacios territoriales diferentes bajo la misma hegemonía.

Impactante y cruel paralelismo producto de un capitalismo occidental, colonizador y recolonizador (a lo neoliberal), explotador, excluyente, blanco-racista, xenófobo, patriarcal…

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