El Alma Poética de La Vega

Seis poetas veganos representativos de varias generaciones se unen para entregar a la comunidad dominicana de lectores la obra Voces del Alma: Antología Poética, con la que, desde la profundidad de sus mundos interiores, para utilizar una expresión muy propia de Bruno Rosario Candelier, externar sus más recónditas aspiraciones sociales y espirituales, con un discurso estético que va desde la abstracción polisémica hasta la sencillez bucólica y costumbrista.

Seis poetas veganos representativos de varias generaciones se unen para entregar a la comunidad dominicana de lectores la obra Voces del Alma: Antología Poética, con la que, desde la profundidad de sus mundos interiores, para utilizar una expresión muy propia de Bruno Rosario Candelier, externar sus más recónditas aspiraciones sociales y espirituales, con un discurso estético que va desde la abstracción polisémica hasta la sencillez bucólica y costumbrista.

Como en muchas películas del cine norteamericano, esta selección del Taller Literario Letras Veganas sugiere una lectura a partir de su última página, como fórmula para atrapar la cronología biográfica si se valora la influencia de las épocas en la creación literaria y las influencias que los sucesivos movimientos poéticos, como sucede con las vanguardias, van dejando en los creadores.

“Dentro de mí se agiganta/ la voz del Cosmos”, es la exclamación con que concluye su último poema Florencio Silia Eduardo, al final del libro, de evidente ascendencia en Adelaida Silia Cornelio, quien en el texto Probando tu ausencia expresa: “hoy pruebo tu ausencia/ un segundo infinito/ del infierno en la tierra”. La edición no refiere ningún vínculo filial.

Ramón D. Cordero y Rafael D. Concepción le cantan al amor. El primero dice del sublime sentimiento que “asoma como el viento/ a veces huracanado, o en silencio/ contempla o acaricia sin ser visto,/ en la oscuridad o en la luz/ con cara al sol o bajo la luna”. El segundo ve en los estallidos de los versos la “!erupción del alma!”.

El poeta Luis Ramón Lora Sánchez se confiesa soñador. “Amor de sueños/ no permitas que despierte,/ prefiero soñarte siempre/ que despertar sin verte”.

El aporte costumbrista lo hace Francisco Javier Santiago Herrera, cultivador de la métrica y la rima: “Quiero pintar la mañana/ con el azul de tus ojos/ teñir con tus labios rojos/ el aire de mi ventana”. Una refrescante lectura de Nochebuena.