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El estrés es más peligroso en mujeres menores de 50 años, según estudio

Las mujeres más jóvenes y con un rango de edad menor de los 50 años, tienen mayor riesgo de sufrir alguna enfermedad coronaria asociada al estrés.

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REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El estrés es un enemigo cotidiano que todos conocemos. No es saludable cuando escapa a nuestro control, cuando nos supera y altera nuestro equilibrio físico y psíquico.

Ahora bien, a pesar de que esta dimensión sea un factor de riesgo para ambos sexos, estudios recientes nos revelan algo que conviene tener en cuenta.

Las mujeres más jóvenes y con un rango de edad menor de los 50 años, tienen mayor riesgo de sufrir alguna enfermedad coronaria asociada al estrés.

Este dato es importante. En especial, porque solemos asociar los infartos o los problemas cardíacos a hombres de edad más o menos avanzada. Sin embargo, las estadísticas que se manejan en la actualidad nos demuestran otra realidad.

A día de hoy las mujeres son muy vulnerables a los focos de estrés. No los gestionamos bien y lo que es peor: cuando nuestro cuerpo nos da un aviso no lo atendemos.

Lo asociamos al cansancio o simplemente “no tenemos tiempo de ir al médico si es para nosotras”.

Hay que enfocar las cosas de otro modo. Debes priorizarte mucho más y, ante todo, tener en cuenta estos datos.

El estrés cotidiano, el estrés que se asume y acepta

Quizá el problema esté ahí. En que, poco a poco, se van juntando pequeños aspectos hasta definir todo un abismo estresante que, casi sin saber cómo, normalizamos.

Las personas que tienen un trabajo agobiante saben identificar sus focos problemáticos: la presión de llegar a unos objetivos, la necesidad de cumplir con las expectativas de los directivos, la competitividad.

Ahora bien, en lo que se refiere a la mujer, y en la mayoría de ellas, sus rompecabezas vitales se definen por muchas piezas que conforman un complejo mapa vital.

Al trabajo se le añade la familia. Los hijos, si son pequeños, demandan un nivel mayor de atención.

A los niños se le añade quizá algún problema de pareja o a veces, incluso la necesidad de superarnos cada día más (más estudios, proyectos, cuidar de más familiares…).

Lo que sucede es que, por término medio, la población que más demandas sociales, laborales, personales y emocionales presenta es la mujer de entre 30 y 50 años.

A esto mismo es a lo que ha llegado un estudio publicado en la revista Health y realizado por la Escuela Rollins de Salud Pública de la Universidad de Emory, en Atlanta (Estados Unidos).

A continuación, te ofrecemos más datos.

El corazón de la mujer ante una situación de estrés

El presente trabajo se ha llevado a cabo por la doctora y catedrática de epidemiología Viola Vaccarino.

Después de realizar un seguimiento en diversos hospitales a más de 700 hombres y mujeres, se descubrió algo llamativo.

Ante una situación de estrés, las mujeres no reaccionan igual que los hombres. Su corazón tiene hasta cuatro veces más probabilidades de reducir su flujo sanguíneo hacia el corazón.

No podemos olvidar lo que esto supone. Una disminución del flujo sanguíneo conlleva una isquemia de miocardio. Por tanto, a un ataque cardiaco.

La doctora Vaccarino descubrió también que el cohorte de edad con mayor riesgo es el comprendido entre los 30 y los 50. No obstante, el pico se eleva en especial entre los 45 y los 50 años.

Ser joven no nos libra de un problema cardíaco

El ser joven y llevar una vida activa hace que, en ocasiones, vayamos con una supuesta coraza. Con la coraza de la invulnerabilidad.

Según este estudio, las mujeres con mayor riesgo de sufrir un problema cardíaco eran aquellas que tenían sobre sus espaldas la responsabilidad de un hogar en solitario.

Asimismo, el cuidar a un familiar dependiente o tener varios trabajos además de hijos pequeños también eleva el riesgo.

El auténtico problema de todo ello es que la mujer llega a habituarse a vivir de este modo. A entender que el estrés es la música de su vida.

Se deja a un lado atender por qué nos duele tanto la cabeza, por qué nos falta el aire cuando llegamos a casa. Aún más, somos capaces de llevar al médico a otra persona por cualquier tontería sin darle importancia a lo que a nosotras nos ocurre.

No es lo adecuado. Nadie puede hacer del estrés su compañero de vida, porque tarde o temprano, nos la puede llegar a quitar.

Afronta tu estrés, gana en calidad de vida

Los responsables de este estudio publicado hace solo unos días nos dejan un mensaje sobre el que reflexionar. No solo hay que cuidar del corazón; ante todo, hay que cuidar de la mente.

Es necesario que atendamos nuestro cuerpo. El dolor de cuello o de espalda constante es algo que merece un adecuado diagnóstico. En ocasiones, se esconden otro tipo de enfermedades relacionadas con el corazón.

Debemos hacer deporte. Basta con una hora diaria de ejercicio aeróbico.

Aprende a poner límites. Sitúa tus barreras vitales y ten muy claro hasta dónde puedes llegar.

Descansa, regálate tiempo. Desahoga emociones y rodéate de gente que te haga crecer, reír…

Establece revisiones periódicas con tu médico. Atiende tu tensión y tu colesterol, tengas la edad que tengas.

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