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Emociones versus decisiones: Un segundo de ventaja

En el caso de los recursos humanos, cuando llega un candidato para ser entrevistado para un determinado puesto, el entrevistador nada más verle e inconscientemente ya ha pensado si le gusta o no, y si por ejemplo no le ha gustado y le ve sonreír piensa: y éste ahora por qué sonríe..”

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Redacción Internacional.- Las decisiones reflejan casi siempre tus emociones. Siempre hay una carga emocional detrás que influirá o distorsionará lo que tu crees es una elección libre y racional. La buena noticia es que existe un “segundo de ventaja” que se puede aprovechar si en ese breve instante de tiempo eres capaz de reconocer tu sentimiento, despegarte del mismo y optar por una opción meditada surfearla”

Que las emociones estén siempre detrás de las decisiones “lo vemos muy claro en el ámbito personal, cuando nos enamoramos, nos casamos, tenemos hijos, incluso cuando compramos. En el mundo del marketing lo saben y lo explotan muy bien: la decisión del comprador es emocional, hay un apego al producto, a la marca…”

Así lo explica a EFEsalud Enrique Escauriaza, Senior Trainer de Potential Project y formador en España del curso de mindfulness e inteligencia emocional para empresas, “Search Inside Yourself” desarrollado por Google.

Licenciado en derecho por Deusto, MBA por IESE, coach de directivos y experto en liderazgo, Escauriaza añade que, sin embargo, y erróneamente en el mundo laboral no pensamos que la decisión esté tan vinculada a las emociones, cuando también lo está.

”Están detrás de la decisión de contratar a una persona en vez de a otra, detrás de seguir una estrategia o detrás de apostar por un determinado producto  …”

En el caso de los recursos humanos, cuando llega un candidato para ser entrevistado para un determinado puesto, el entrevistador nada más verle e inconscientemente ya ha pensado si le gusta o no, y si por ejemplo no le ha gustado y le ve sonreír piensa: y éste ahora por qué sonríe..”

Conscientes de que estos sesgos son inevitables, actualmente ya hay empresas que para este desempeño ponen a dos entrevistadores de perfiles muy diferentes entre sí, o aplican otros mecanismo o filtros.

Enrique Escauriaza

Las emociones marcan también la gestión: el tono que se utiliza en un mail, la forma de responder a alguien de tu equipo cuando en una reunión te contradice, y todo sumado genera un clima laboral, mejor o peor.

Por ello, sostiene Escauriaza, es muy importante darse cuenta, ser conscientes de que la emoción está detrás de la decisión.

Esta es la primera condición para evitar que los sentimientos reinen en el camino a tomar.

Después es necesario tener la capacidad de gestionar mejor esa forma de sentir antes de tomar una decisión.

“Las emociones están muy ligadas al cuerpo y hay que tener capacidad para observar en cada uno de nosotros las reacciones físicas que te provocan: te pueden sudar las manos cuando tienes estrés o, a lo mejor,  te pones colorado cuando vas a explotar de ira”, sostiene.

Emociones versus decisiones: Un segundo de ventaja

Si eres capaz de notarlo justo un segundo antes de tomar la decisión tendrás el segundo de ventaja que te permitirá tomar la decisión de una forma libre, en el sentido de que ésta no estará influenciada por tus emociones.

Es el famoso segundo de ventaja del que habla Rasmus Hougaard en el libro que lleva el mismo título y que aborda la práctica del mindfulness o atención plena en las empresas. En este libro también ha participado el propio Escauriaza.

Para entenderlo mejor, Escauriaza pone como ejemplo el hecho cotidiano de encontrarse en un aeropuerto y que se cancele tu vuelo. Vas a reclamar y la azafata te pone mala cara.

Si te dejas dejas llevar por el sentimiento de ese momento es muy probable que reacciones muy enfadado, pero si aplicas el segundo de ventaja, entonces antes de actuar puedes pensar que te conviene más: proceder con calma o pegar un puñetazo en la mesa.

Recuerda este experto que el Nobel de economía y psicólogo de formación Daniel Kahneman sostiene que hay emociones más fáciles de detectar a tiempo, como puede ser la ira, pero otras, como las de apego,  son más difíciles.

Estas se producen, por ejemplo, cuando uno ve a una persona por primera vez y la primera impresión es favorable y de forma instantánea e inconsciente se establece una conexión emocional positiva porque se parece en la edad, o en el estilo, la forma de hablar.

Síndrome del Concorde

El llamado síndrome Concorde es otro ejemplo de cómo las emociones están detrás de las decisiones, aunque éstas te lleven a la ruina, porque eres incapaz de abandonar el producto en el que tanto esfuerzo, ilusión y dinero has puesto.

Ejemplo de ello fue el caso del avión supersónico comercial Concorde, considerado como un icono de la aviación y ejemplo de ingeniería sofisticada, capaz de cubrir la ruta Londres- Nueva York en solo 3 horas y media.

Tuvo que ser jubilado tras 27 años de vida por su escasa rentabilidad y otros factores, como un grave accidente ocurrido con uno de ellos, ademas de la crisis petrolera que encarecía el hidrocarburo y lo problemas medioambientales que provocaba, sobre todo de ruido.

Pero los equipos que lo habían desarrollado “tenían tanto amor por el producto que la idea de abandonarlo les resultaba muy difícil y no fueron capaces de tener la distancia y desapego requeridos para ver donde se estaban metiendo; además fue un autoengaño colectivo y ahí estaban todos, desde los técnicos hasta los políticos”.

En el mundo de las “startups” o empresas emergentes es muy importante marcarse un tiempo, y si en ese periodo no se han conseguido los objetivos propuestos hay que abandonar la idea, porque “ uno se va enamorando del proyecto, se elude y llega un momento que es incapaz de cortar, porque deja de ver que no funciona, porque es suyo..”

Pero esto, advierte, también pasa a nivel personal, en el hogar, con una lavadora que se hace vieja y no queremos tirar, y los arreglos al final cuestan más que comprar una nueva.

Considera Escauriaza que el hombre al final es una mezcla de miedos y ilusiones y si sabes gestionar ambas  te gestionarás bien.

Está comprobado que cuando una persona está tranquila y feliz, quiere quedarse donde está y no arriesga en sus decisiones, pero si está triste desearía salir de esa casilla y sus resoluciones pueden ser mucho más arriesgadas ¿Pero cómo controlar las emociones? Escauriaza defiende que la práctica del mindfulness o atención plena permite ver la emoción antes de tomar una decisión, antes de dar un puñetazo en la mesa o antes de gritar a tu hijo porque llegas a casa tenso y hace algo que no te gusta.

Si vas pegado a la emoción reaccionas, peros si te distancias respondes racionalmente.”Es un tema de distancia, es como bajar un rápido en una canoa, si estás boca abajo no sabe donde estás y si estas encima en vez de estar revolcado en la emoción la dominas, puedes surfearla”

Fuente EFE Salud
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