Colombia.- Familiares de reclusos de la cárcel de la ciudad colombiana de Tuluá (suroeste), donde esta madrugada murieron 51 personas, se enfrentaron con el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (Esmad) cuando intentaron ingresar al presidio en busca de información de sus seres queridos.
«No nos han dado ninguna respuesta», dijo una mujer, quien buscaba saber la suerte de su hermano Luis Alberto, uno de los 1.267 reclusos que alberga esa prisión del departamento del Valle del Cauca.
De acuerdo con el ministro de Justicia, Wilson Ruiz, en la tragedia, una de las mayores ocurridas en las cárceles del país, murieron 51 personas y 24 más quedaron heridas, entre ellas dos guardias del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).
El infierno en que se convirtió la cárcel comenzó pasada la 01.00 hora local (06.00 GMT) en el patio 8 de ese centro de mediana seguridad.
Según lo dicho por Ruiz, un reo le prendió fuego a una colchoneta y aunque los guardianes trataron de controlar las llamas estas se propagaron rápidamente por el lugar.
El fuego ganó fuerza porque los materiales con los que están hechas las colchonetas son de fácil combustión.
