Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Ray Ortega.
Créanme que realmente no me interesa que religión practique cada cual, yo practico la mía y con ella estoy muy feliz, y no trato de convencer a nadie que la mía es la mejor. Soy católico y no lo niego ni me da pena decirlo, cada cual puede practicar la suya. Lo que sí es imprescindible e importante para mí es que la persona sea honesto, y que tenga valores morales y familiares, eso es para mí sumamente importante.
Eso se lo debo a que creo en Dios, tengo familia y quiero para ellos una sociedad mejor a lo que vivimos, y si nosotros no somos ejemplos para ellos, que vamos a poder esperar el día de mañana. Tenemos que estar consientes que un día u otro, no importa si eres ateo, o practicas cualquier otro culto religioso vamos a partir de este mundo a la Casa de Jehová, a lo desconocido, al Paraíso o a la Casa del Padre como tú le llames, vamos a regresar sin nada como vinimos a este mundo, como comúnmente se dice: “Mas pelao que un plátano”, es por eso que lo más importante que podemos dejarle a nuestros herederos es el ejemplo de la honestidad, valores morales y familiares.
Hace unos días llego a mis manos un escrito que lleva por título “La Maleta” y que he querido compartirlo con Ustedes, y dice así: “Un hombre murió. Al darse cuenta vio que se acercaba Dios y que llevaba una maleta consigo. Y Dios le dijo: Bien hijo es hora de irnos. El hombre sombrado preguntó: ¿Ya tan pronto? Yo tenía muchos planes…Lo siento pero es el momento de la partida. ¿Qué traes en la maleta?, pregunto el hombre. Y Dios le respondió. Tus pertenencias!!! ¿Mis pertenencias? ¿Traes mis cosas, mi ropa y mi dinero? Y Dios le respondió: Eso nunca te perteneció, eran de la tierra. ¿Traes mis recuerdos? Esos nunca te pertenecieron, eran del tiempo. ¿Tres mis talentos? Esos no te pertenecieron, eran de las circunstancias. ¿Traes a mis familiares y amigos? Lo siento, ellos nunca te pertenecieron, eran de tu corazón. ¿Tres mi cuerpo? Nunca te perteneció, ese era del polvo. ¿Entonces traes mi alma? No, esa era mía. Entonces el hombre lleno de miedo, le arrebato a Dios la maleta y al abrirla se dio cuenta que estaba vacía…Con lágrimas de desamparo brotando de sus ojos, el hombre dijo: ¿Nunca tuve nada? Así es, cada uno de los momentos que viviste fueron solo tuyos”. ¡La vida es solo un momento…! ¡Un momento solo tuyo! Por eso, mientras estés a tiempo disfrútalo en su totalidad. ¡Que nada de lo que crees que te pertenece te detenga…! ¡Vive el ahora!, Vive tu vida…! ¡Y no te olvides de ser feliz, es lo único que realmente vale la pena! ¡Las cosa materiales y todo lo demás por lo que luchaste, se quedan aquí! ¡No te llevas nada! Valora a quienes te valoran, no pierdas el tiempo con alguien que no tiene tiempo para ti”.
Recuerda siempre que todo lo que poseemos aquí lo dejamos. Tristemente los seres humanos nos apegamos tanto a las cosas materiales que desafortunadamente se nos olvida vivir con tal de tener.
Los dejo con este pedazo del Evangelio de San Marcos, Capitulo 10, Versículos del 17 al 22 y dice así: “Estaba Jesús saliendo al camino, cuando se le acercó uno corriendo, se arrodillo ante Él y le preguntó, Maestro insigne. ¿Qué tengo que hacer para heredar la Vida Eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me llamas a mi insigne? Nadie es insigne más que uno, Dios. Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no des falsos testimonios, no defraudes, respeta a tu madre y a tu padre. El declaro: Maestro, todo esto lo he cumplido desde joven. A esto Jesús se le quedo mirando, le tomó cariño y le dijo: Una cosa te falta: Vete a vender lo que tienes y dáselo a los pobres, que Dios será tu riqueza; y anda y sígueme a mí. A estas palabras, el otro frunció el seño y se marcho entristecido pues era muy rico”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.