Solo en una sociedad con un Estado patriarcal, que destila machismo de la cabeza a los pies, pueden llover acosos y feminicidios.
Y aquí llueven,
y llueven torrencialmente.
Y no hay de otra…
…si las causas no se subvierten.
Es una relación de poder.
Una vertiente de la cultura de la dominación.
Un modo de disfrutar, oprimir y hacer sufrir,
una manera de amar odiando.
Es cuestión de clase y género dominante,
cruelmente dominante.
Es una relación pérfidamente opresiva.
El capital masculinizado posee el dinero y el poder.
¡Y los usa!
Fortunas offshore en despachos ministeriales y sillas de alfileres.
Opus Dei orondo en Palacio.
Partidocracia machista reinando en el Congreso.
Plutocracia de CONEP por doquier.
Código en manos y armas al cinto.
¡Las tres causales al carajo!
Lluvias de feminicidios,
correntías de sufrimientos.
Y Masalles, Vinicito y Ezequiel nos predican impunemente las bondades del fascismo.
Impunemente.
¡Las Vírgenes están de su lado!
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